Las relaciones humanas son de las cosas más complejas que hay en la vida; entender a otra persona, dejar el egoísmo, ponerte en sus zapatos, aprender a comunicarte sanamente y todo lo que conlleva una relación de pareja requiere de gran trabajo.
Asimismo, es difícil darse cuenta de si es realmente amor o si simplemente son los químicos que te dirigen para tomar ciertas decisiones en la vida. Nadie tiene la fórmula perfecta para que una relación funcione pero lo que sí es cierto es que si quieres, tienes la capacidad para aprender y crecer junto a otro. A fin de cuentas, de eso se trata compartir tu tiempo con alguien más, de poder crecer y sacar la mejor versión de ti.
Numerosos expertos han escrito sobre el amor, las relaciones dependientes, las relaciones tóxicas y sobre todo lo que podría salir mal cuando decides estar con alguien que simplemente no es compatible contigo. Siempre ha sido un enigma tratar de comprender cómo funcionan; lo cierto es que lo que menos necesitas en la vida es alguien que te drene o te cause más problemas en tu vida.
Tener una relación en donde todo sea color de rosa simplemente no es posible. Siempre hay momentos buenos y malos, pero cuando se llega a un extremo en donde ya hay agresiones físicas o verbales, puede que estés dentro de una relación tóxica, y por más que quieras hacer algo al respecto, resulta casi imposible.
Antes que nada, debes reconocer y aceptar que tu pareja tiene sus propias cosas personales en las que trabajar; no obstante, esto no es justificación para que te agreda.
La relación controladora
Nadie tiene por qué decirte qué puedes hacer, con quién puedes salir, o simplemente cómo comportarte en la vida. Esta es una de las primeras características de que estás con alguien tóxico y en una relación donde te van a controlar cada momento.
Si crees que eres objeto de control, puedes platicarlo con tu pareja; sin embargo, tampoco esperes que de un día para otro las cosas vayan a cambiar. Este tipo de comportamientos están arraigados en las personas y normalmente provienen de creencias establecidas desde muy pequeños.
La relación manipuladora
Una persona manipuladora va a buscar siempre hacer las cosas para que salgan como él o ella quiera. Este es el tipo de gente que realmente te hará dudar de ti mismo y, básicamente, te creará un lío en la cabeza.
Realmente no vale la pena estar con alguien que simplemente no puede decirte las cosas de forma directa y tiene que jugar con tu mente para lograr lo que quiere.
La relación perfeccionista
Si te encuentras en una relación con alguien perfeccionista, eso quiere decir que tal vez nunca seas lo suficientemente bueno para él o ella. Por más que hagas o quieras cambiar para “ser perfecto” no lo lograrás, ya que usualmente esto radica en las inseguridades de la otra persona.
Si tu pareja es así, es mucho mejor que se lo hagas ver, o trates de que se dé cuenta de que necesita trabajar con sus inseguridades, y no proyectar todo en ti. Tú no tienes por qué cambiar o intentar ser lo “suficientemente” bueno para otro. Hay cosas que por supuesto que puedes modificar o se puede llegar a consensos, pero tu ser nunca debe cambiar; si no, te anulas, y en algún punto puede que explotes por tanta presión.
La relación abusiva
En ningún momento debes aceptar que alguien te grite, te jalonee y mucho menos que abuse de ti físicamente. Si esto ocurre, es porque simplemente no hay respeto en la relación. En el momento en que se cruza este límite tienes que tener mucho cuidado, porque son comportamientos que muy pocas veces se arreglan, a menos de que la otra persona realmente tenga mucha voluntad para cambiar por sí misma y no lo haga simplemente para enmendar la relación.
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Cuando te encuentras en una situación así, es posible que se te nuble todo y no te des cuenta fácilmente de que todo lo que te pasa tiene que ver con una relación tóxica. Asimismo, si tú eres la pareja perfeccionista, controladora o manipuladora, debes realmente reflexionar por qué lo haces y saber si realmente lo quieres cambiar.
Si crees que estás con alguien tóxico, hazte las siguientes preguntas:
• ¿Cómo te hace sentir esa persona?
• ¿Te da miedo estar cerca de él/ella?
• ¿Sientes que esa persona añade estrés innecesario en tu vida?
• ¿Te sientes emocionalmente drenado después de interactuar con él/ella?
Después de estar en una relación así por tanto tiempo, es común que minimices los problemas o comportamientos tóxicos que tiene el otro. No obstante, tienes que estar consciente en todo momento de que si algo así ocurre puedes platicarlo con la persona y si se puede llegar a algún tipo de consenso, entonces pueden encaminar la relación hacia algo más sano. Por el contrario, si el otro se muestra renuente a aceptar los errores y no quiere hacer nada, depende de ti poner el límite.
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El abuso no solamente viene de lo físico; de hecho, la forma psicológica es mucho más común y también es muy dañina. A veces puede ser tan sutil que ni te das cuenta o piensas que es algo a lo que no vale la pena prestarle atención.
Señales de abuso psicológico:
• Humillaciones.
• Te minimiza constantemente.
• Te critica sin razón.
• Se rehúsa a comunicarse contigo.
• Te ignora o te excluye.
• Utiliza sarcasmos o tonos de voz burlona.
• Celos extremos.
• Te echa toda la culpa.
• Usa el dinero para controlarte.
• Te manda mensajes de texto o te marca casi todo el día.
Tomar la decisión de terminar con alguien, no importa cuánto tiempo lleven, nunca es fácil. Sin embargo, darte cuenta de que las cosas ya no funcionan pese a que ya hiciste de todo para tratar de salvar la relación es lo principal. Acepta que no puedes controlar la relación ni cambiar todo para que el otro sea feliz.
• Aprende a soltar.
• Date cuenta de que mereces cosas mejores.
• Reconoce que todo pasa y, con el tiempo, vas a estar mucho mejor.
• Tómate el tiempo que necesites para estar mejor.
• Aléjate de las personas que no suman.
• Rodéate de buenos amigos y de aquellos que te quieran ver bien.
• Adopta un hobbie.
• Invierte tu tiempo en actividades que te distraigan.
• Acepta tus errores y todo lo bueno que hiciste.
• Acepta que las personas no van a cambiar a menos que ellas quieran y lo hagan por voluntad propia.
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Para poder tener una relación sana, tienes que trabajar en tus propias cosas internas y encontrar la felicidad y paz dentro de ti antes de intentar algo con alguien. Nunca te sientas mal de remover a la gente tóxica de tu vida.