¿Alguna vez sientes que has vivido mil vidas en un día a través de la lente de Instagram o Facebook? Es probable que, como actividad cotidiana, pases algunas horas entretenido con ver actualizaciones en redes sociales. Tal vez no te des cuenta, pero así le restas tiempo a otras cosas que seguramente son más relevantes en tu vida. Estar conectado en el mundo digital no tiene nada de malo. Sin embargo, cruzar esa delgada línea que te impide experimentar en carne propia lo que sucede a tu alrededor es un hábito poco beneficioso.
Es normal necesitar conexiones significativas en tu vida; pero mucha gente que entra en las redes busca un sentido de comunidad y pertenencia. A veces sólo encuentra un apoyo bastante superficial. Puedes darle toda la importancia del mundo al número de followers y likes que consigas, pero la realidad es que ninguno de ellos estará ahí para ti cuando realmente lo necesites. Si inviertes tu tiempo en personas que dejarían cualquier cosa por correr a tu lado si así se los pides, te sentirás más feliz.
Si llevaras la cuenta de cuántas veces al día desbloqueas tu celular para revisar alguna red, probablemente esa cifra te sorprendería. Varios estudios han concluido que cuando lo haces sin recibir alguna notificación se debe a la acumulación de cortisol y adrenalina, que en tu cerebro se traduce como ansiedad. En otras palabras, revisas tu teléfono como forma de escape.
En el libro Unfiltered: How to be as happy as you look on social media de Jessica Abo, puedes encontrar algunos consejos para gestionar tu uso de las redes de una manera más sana y funcional. Por ejemplo:
Con información de The Chalkboard