Si eres una persona introvertida, lo más probable es que tu idea de un buen fin de semana o de pasar un buen rato en tu tiempo libre consista en leer un buen libro y tomar un café, hacer un maratón con tu serie favorita, o cualquier otra cosa que te permita disfrutar de tu soledad para así recargarte de energía y volver a lidiar con la gente el resto de la semana.
Seguro no pasan por tu mente planes como ir a una fiesta o ser anfitrión de una reunión en tu casa. Sin embargo, aunque la soledad es necesaria y puede ser muy benéfica, también es importante la convivencia con tus seres queridos para fortalecer los lazos, compartir experiencias y pasar un buen momento con ellos, que también necesitan de ti.
Así que si sueles huir de las fiestas y reuniones por la cantidad de gente conocida y desconocida que asiste y quieres reunirte con familiares o amigos pero a la vez tener la situación bajo control, lo mejor es que te conviertas en anfitrión y los invites a tu casa. Aquí hay algunas recomendaciones para ser un buen anfitrión (aunque seas introvertido) y no morir en el intento.
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Para evitar la clásica situación en la que cuando se acerca la fecha de la reunión ruegas para que algo extraordinario suceda y ésta deba cancelarse, lo mejor es que elijas una fecha que sea significativa para ti (la celebración de tu cumpleaños, por ejemplo), para que te mantengas motivado y con ganas de recibir a tus invitados para celebrar.
Ya que lo tuyo no es estar rodeado de demasiada gente, no tienes por qué hacer una gran fiesta o una reunión con muchas personas. Lo ideal para que te sientas cómodo y libre de estrés es que reúnas a un grupo pequeño de personas, como tus amigos o familiares más cercanos.
La ventaja de ser anfitrión es que tú decides el número de invitados que tendrás y eliges a quiénes vas a invitar, además de la hora y duración aproximada de la reunión. Tener todo esto bajo control te ayudará a sentirte mejor con la convivencia.
Mientras que los extrovertidos tienden a acumular energía cuando están con otras personas y los planes de último momento pueden ser ideales para ellos, los introvertidos consumen esa energía a un ritmo muy rápido cuando están rodeados de gente, así que lo ideal es tener reservas de energía para salir airoso como anfitrión.
Por ello, es importante que te evites el estrés de hacer las cosas a último momento y tengas todo listo desde antes, para que tus energías se enfoquen en la convivencia durante la reunión.
Hay personas para las que cocinar es una actividad terapéutica, ya que la disfrutan mucho. Si este es tu caso, puedes preparar algo tú mismo para deleitar a tus invitados. Elige el o los platillos que más te guste preparar y comer y, de la mano con el punto anterior, compra todo lo necesario desde días antes y cocina el día previo, para que el día que te toca ser anfitrión no andes con prisas.
En caso de que la cocina no sea lo tuyo, la opción es comprar o pedir comida preparada (las pizzas suelen ser una gran opción, pues ¿a quién no le gusta la pizza?). O bien, si tus invitados son de confianza, pueden organizar una comida tipo bufé y cada quien llevar un platillo para compartir.
Elige entre los invitados a aquella persona en la que más confías, la que mejor comprende a tu yo introvertido o la que siempre está para ti en todo momento y circunstancia, y pídele que llegue antes de la hora en que dará inicio la reunión.
Así, esa persona te puede ayudar a que todo esté listo a tiempo, a recibir a los invitados y, sobre todo, te quitará la presión de tener que socializar con todo el mundo e iniciar las conversaciones con los que llegan.
Haz una playlist con música instrumental, con tus canciones preferidas o una mezcla con el tipo de música que sabes que les gusta a tus invitados. Esto, además de ayudar a amenizar el ambiente, ayuda a que haya menos silencios incómodos.
Es un hecho que los introvertidos sienten un descenso en sus niveles de energía después de estar rodeados de gente, así que lo que necesitas después de haber sido anfitrión es pasar un rato a solas, o mejor aún, dedicar un día completo sólo para ti.
El día siguiente a tu reunión, consiéntete y haz lo que más te guste hacer en soledad para recargar tus energías.
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Con información de Houzz