El próximo 1o de julio, en México se llevarán a cabo elecciones federales y locales, en las que se elegirá al próximo presidente de la República Mexicana, así como a los 128 senadores y 500 diputados que integrarán el Congreso de la Unión. Además de algunas gubernaturas, la jefatura de gobierno de la Ciudad de México y una importante cantidad de diputaciones locales, ayuntamientos, juntas municipales y alcaldías.
Así, será una elección de grandes dimensiones y muy importante, ya que están en juego distintos poderes y niveles de gobierno. Adicionalmente, esta vez el padrón electoral es el más grande hasta ahora pues, según el Instituto Nacional Electoral (INE), podrán votar 87.8 millones de mexicanos que están inscritos en la lista nominal.
Sin embargo, el abstencionismo, es decir, el no ejercer el derecho y obligación de votar, se ha convertido en un gran problema, que no sólo encarece los procesos electorales, sino que deja la decisión sobre quiénes ocuparán los cargos de los nuevos gobiernos en manos de sólo una parte de la población.
Según el estudio Abstencionismo y cultura política en México, en el país este problema se ha duplicado en los últimos años. De 1994 al 2009, la cantidad de personas que no acudieron a votar subió de 23% a 41%. En las elecciones presidenciales del 2012, en las que el padrón electoral era de alrededor de 75 millones de personas, sólo 46 millones de ellas registraron su voto, y durante las elecciones locales del 2015, el INE informó que solamente se tuvo un 47.7% de participación.
Al considerar esta tendencia del abstencionismo, para este año se espera que, de los cerca de 88 millones de votantes, solamente acudan a las urnas alrededor de 50 millones.
Esto se debe a que mucha gente piensa que no tiene caso votar, porque de todos modos nada va a cambiar. Pero es justo esa actitud la que hace que todo siga igual, porque la apatía de la mayoría deja la decisión en manos de los pocos que sí acuden a las urnas.
Aunque acudir a votar es, a final de cuentas, una decisión personal, existen razones de peso para que el 1o de julio vayas a la casilla que te corresponde y emitas tu voto por los candidatos de tu preferencia.
La primera de ellas es que todos los votos cuentan. Si varios millones de mexicanos piensan que su voto no va a definir nada y dejan de ir a votar, su participación podría hacer que los resultados fueran distintos. Así que saca esa idea de tu cabeza y ve a ejercer tu voto por la que consideres la mejor opción.
La siguiente razón va de la mano con el voto informado, porque al conocer las propuestas de los candidatos y compararlas para saber cuál de ellas se adapta mejor a tus convicciones y cumple de mejor manera con tus necesidades como ciudadano, vas a poder ser parte de la decisión sobre el rumbo que tomará el país y podrás exigir que las propuestas hechas en campaña se cumplan. Si no votas, ¿cómo vas a quejarte de las decisiones que tome el nuevo gobierno cuando no te parezcan adecuadas?
Además, de acuerdo con la constitución, el voto es un derecho y una obligación de todos los ciudadanos mexicanos mayores de edad; entonces, por civismo y compromiso con el país, es importante que ejerzas ese derecho y obligación.
Si todavía no decides por quién vas a votar, aquí te decimos dónde puedes consultar las propuestas de los candidatos, para que tomes la mejor decisión. Y sea cual sea, no dejes de acudir a votar.