El virus del papiloma humano, conocido como VPH por sus siglas, es cada vez más común en nuestra sociedad. Para ser exactos, ocho de cada 10 mujeres presentan papiloma, aunque a veces no manifiesten síntomas o sean síntomas muy discretos. Sin embargo, el VPH se asocia mucho más con las mujeres que con los hombres, incluso cuando los hombres también se contagian y son portadores del virus, por lo que deben cuidarse.

El virus del papiloma humano en los hombres no presenta síntomas. A veces pueden aparecer algunas verrugas en la piel, pero no en todos los casos. Esto se debe a que existen diferentes tipos de papiloma (más de 100). No obstante, los hombres pueden portar y contagiar el VPH. ¿Cómo puedes prevenirlo?

El único método que es 100% confiable en la prevención del VPH es la abstinencia, pero entendemos que no es un método común. Por eso, se recomienda utilizar protección de barrera en las relaciones sexuales y también utilizar la vacuna para prevenir el papiloma. Esta vacuna debe aplicarse antes de iniciar la vida sexual, por lo que se recomienda entre los 9 y 12 años de edad, aunque si se coloca después también protege contra otros tipos de VPH.

La vacuna debe aplicarse tanto en mujeres como en hombres, por la misma razón de que los hombres también pueden contagiar el virus, incluso si no manifiestan síntomas. Existen dos tipos de vacunas: una contra el virus oncogénico, como el 16 y el 18, y otra que cubre los oncogénicos y también el virus 6 y 11, que causan verrugas. La segunda implica mayor protección.

La vacuna no protege contra todos los tipos de papiloma, pero sí contra una parte que es muy común. Además, al vacunarte contra estos tipos de VPH se adquiere protección contra otras variantes, pues son similares a otros tipos de virus. Por ejemplo, también se protege del 30 y 35 que son de alto riesgo, pero son familiares al 16 y 18.

Debido a la persistencia del VPH en las personas con vida sexual activa, recomendamos a los hombres y las mujeres que se cuiden para evitar su propagación. El VPH puede tratarse, pero es necesario acudir al ginecólogo cada 6 meses o por lo menos una vez al año para identificar los síntomas a tiempo.

Fuente

Doctora Anais Gabriela Reyes Navarro de Doctoralia