Existe un tipo de trastorno sexual llamado trastorno de deseo sexual hipoactivo (TDSH), un estado de desinterés anormal y pronunciado hacia el sexo. Se cree que el TDSH es la disfunción sexual más común entre las mujeres, y afecta a todos los grupos de edad. El TDSH no es igual a un simple deseo sexual bajo, pues mientras el deseo sexual bajo es una condición natural que pueden tener tanto hombres como mujeres, el TDSH causa angustia, ansiedad y depresión, ya que quien lo padece quiere tener un deseo sexual alto pero no lo consigue.
Esto puede ocasionar dificultades en las relaciones de pareja, que facilitan la aparición de círculos viciosos donde la depresión aparece por no poder realizar el acto sexual debido a que el cuerpo no responde como debería. Básicamente, es como si fueras a un restaurante delicioso pero jamás pudieras tener hambre y por lo tanto, no pudieras disfrutar como esperarías. Evidentemente, esto provoca conflictos emocionales.
Hay veces en las que se suele asociar el TDSH con el agotamiento crónico, la depresión no tratada, el dolor durante las relaciones sexuales o algún tipo de trauma. Tener problemas con la pareja también puede dañar la libido pero, por lo general, esto último no es suficiente como para causar TDSH. Este trastorno tiene un trasfondo más bien físico. Incluso, hasta la mejor psicoterapia no es suficiente, ya que no se trata de problemas de inseguridad o baja autoestima. Como se dijo al principio, quien lo padece quisiera erradicarlo, pero es su cuerpo (no su mente) el que no responde. Por eso los pacientes merecen tener opciones, y es aquí donde entrarían los medicamentos como la bremelanotida.
La bremelanotida es un péptido que se dirige a los receptores de melanocortina en el cuerpo, que están involucrados en la función sexual humana. Bajo el nombre de Rekynda, este medicamento en fase de prueba es uno de los dos únicos productos farmacéuticos aprobados para tratar el trastorno de deseo sexual hipoactivo. Se cree que la bremelanotida actúa sobre ciertos receptores de melanocortina en el hipotálamo, lo que aumenta la producción de dopamina específicamente en esa área, que desencadena el incremento del deseo sexual.
Todavía es pronto para decir si la bremelanotida se unirá a los tratamientos de terapia como opción principal para tratar el TDSH, pero las investigaciones avanzan a buen ritmo y en una prometedora dirección.