Mirar pornografía puede resultar benéfico para mejorar la vida sexual, ya sea que este contenido se consulte en solitario o junto con la pareja. Sin embargo, como en todo, los excesos suelen ser negativos.
Si notas que el consumo de material pornográfico ocupa gran parte de tu tiempo, si constantemente sientes la necesidad de mirarlo y por hacerlo dejas de realizar otras actividades, o si afecta tu trabajo y tus relaciones personales, en ese momento se puede hablar de que existe una adicción a la pornografía.
Si bien la palabra “adicción” se relaciona con el consumo de sustancias como alcohol, drogas, tabaco e incluso comida, se emplea también en relación al uso compulsivo de la pornografía, a la que se considera una adicción sin sustancia. Se trata de un trastorno que incapacita a la persona para controlar su necesidad de seguir un impulso, en este caso, el de consumir pornografía.
De acuerdo con Gabriela Orozco Calderón, académica de la Facultad de Psicología de la UNAM, la adicción es una enfermedad crónica del cerebro que está relacionada con una disfunción de los circuitos de recompensa, motivación y memoria.
Orozco Calderón explica que existen razones biológicas, psicológicas, sociales y hasta físicas que conducen al desarrollo de una adicción.
En el aspecto biológico, el consumo de pornografía produce la liberación de dopamina, conocida como la hormona del placer. Quienes se vuelven adictos a estos contenidos, buscan recibir constantemente esa dosis de la sustancia.
Cuando el cerebro se acostumbra a ella, necesitan una mayor cantidad, así que el consumo de pornografía se incrementa, hasta que se entra en un círculo vicioso del que normalmente no es fácil salir.
Respecto a los factores sociales, destacan el bullying, la soledad y, en el caso de los adolescentes, el mal ejemplo que reciben por parte de adultos cercanos, principalmente los padres y los hermanos.
En el aspecto psicológico la adicción inicia como una mera curiosidad que poco a poco se convierte en hábito, además de que es un reflejo de carencias afectivas, fracasos, pensamientos y sentimientos negativos, además de ansiedad.
Los adictos se caracterizan por perder muchas horas en esta actividad, de modo que sus relaciones personales se ven afectadas.
Además, suelen ser personas que presentan depresión y aislamiento social, y la mayoría de las veces no reconocen u ocultan su problema, por lo que tardan en recibir apoyo psicológico.
Los principales síntomas que indican una adicción a la pornografía son:
Además de recurrir a la ayuda profesional de psicólogos o terapeutas especializados en adicciones sexuales, puedes poner de tu parte para salir más rápido de esta adicción y disfrutar de una vida sexual plena, sin depender de estos contenidos.
Para empezar, detecta lo que te ha llevado a consumir pornografía. Pregúntate: ¿para qué consumes pornografía? ¿qué ocasionó que empezaras a consumirla? ¿cuándo se convirtió en un exceso? ¿en qué momentos sientes la necesidad de hacerlo? ¿qué te hace sentir?
Una vez que hagas conscientes los motivos que te han conducido a esta adicción y las emociones que experimentas antes y después de ver el contenido pornográfico, te será más sencillo encontrar soluciones para dejar de hacerlo compulsivamente y poder recurrir a ella solamente en momentos determinados, como cuando quieres compartir un momento erótico con tu pareja.
En el momento en que abandones el consumo compulsivo de pornografía te sentirás mejor, menos ansioso, más libre y feliz, y podrás recuperar las relaciones personales que se hayan dañado en el proceso.
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