Intimar con tu pareja es una de las cosas más importantes para tener una relación saludable. Sin embargo, hay una gran diferencia entre solamente tener relaciones sexuales y sentir una conexión real cuando tienes intimidad con tu pareja. Puede que estés más preocupado por cómo te ves o los problemas del día, y no realmente concentrado en lo que sientes o en lo que siente tu pareja. 

Para tener una relación sexual sana, antes que nada es necesario que tengan una buena comunicación. Cuando esto suceda, podrás expresar las cosas que te gustan, lo que quieres y lo que no. Te podrás sentir en plena confianza de mostrarte tal cual eres, vulnerable, con defectos, y también con todas las virtudes. 

Si sientes que tú y tu pareja están en la monotonía de hacer siempre lo mismo, puede que también necesiten un cambio en las cosas que hacen. No es malo que lo hablen, es mucho mejor que se digan las cosas tal cual son y puedan cambiarlas para mejorar. Ante todo, una relación siempre busca evolucionar. 

Antes que nada, conéctate contigo mismo. Puede que suene como un cliché, pero si no tienes una conexión real contigo, con tu cuerpo y lo aceptas tal cual es, es poco probable que te sientas cómodo con tu pareja. Trabaja en ti primero, para que esta confianza la puedas trasladar a la intimidad y los dos se sientan lo más plenos posible. 

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Busca nuevas formas de liberar energía. Este punto se encuentra relacionado con el anterior y se refiere a que también necesitas liberar toda esa energía de forma individual. Esto quiere decir que si buscas alguna clase de yoga, danza o algo que ponga a tu cuerpo en movimiento, podrás sentirte mucho más conectado contigo y tus necesidades. 

Encuentren una clase acerca de sexo. Existen diferentes talleres acerca de temas en torno a la sexualidad, y puedes asistir con tu pareja para descubrir nuevas manera de tener intimidad de una forma sana y siempre con conexión. Es importante que todo lo que aprendan lo pongan en práctica y vean si les funciona o no. De esta manera, los dos tendrán más curiosidad por aprender y compartir lo que sienten. 

No esperes nada y sólo disfruta. Puede que en algunas ocasiones, esa constante preocupación por cómo lo haces y cómo te desenvuelves te haga daño. En lugar de preocuparte por disfrutar del momento tu mente viene y va, piensas si lo haces bien, y eso te distrae mucho más. No se trata de que no te importe, sino de que sueltes esa preocupación y cada movimiento lo hagas desde tu corazón y tu alma. Esto se va a transmitir a tu pareja, y sentirán mucha más conexión. 

Di lo que sientes. Cuando caes en la monotonía, es probable que sea porque no hablas al respecto. Así como tienes pláticas con tu pareja acerca de qué quieres para cenar o los planes que quieres hacer, es importante que en temas relacionados con la sexualidad hables de todo lo que te incomoda, de tu pareja, de las cosas que quisieras probar y de aquellas que no harías por nada del mundo. Si estableces estos límites sanos con comunicación y respeto, podrás tener relaciones sexuales más plenas. 

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