Existe mucha confusión sobre los efectos y señales de los estados más elevados del yoga, particularmente lo que se conoce como la kundalini. Kundalini es una palabra sánscrita que significa rollo, ovillo o enroscamiento y que hace referencia a la energía universal, la cual ha sido comparada con una serpiente que se desenrolla -sin embargo, esta imagen es sólo una metáfora-. La energía kundalini es la energía vital que conecta al ser humano con la divinidad -según las tradiciones yóguicas o tántricas, la misma energía vital es energía divina pero en un estado latente: de ahí la metáfora de activar o despertar la kundalini-.
Swami Lakshmanjoo, uno de los últimos maestros de la tradición tántrica shaiva de Cachemira, explica que para que la kundalini se alce, el yogui debe lograr un estado de concentración unifocal ininterrumpoda por unas 6 o 7 horas seguidas como mínimo. Cuando esto ocurre, el aire -prana- se convierte en una especie de bola que empuja por el canal central y hace contacto con el chakra raíz muladhara, y de ahí "se alza como una forma de alegría supersexual". Esta alegría es descrita como "supersexual" debido a que la dicha más grande que conoce comúnmente el ser humano es el sexo, el orgasmo, pero Swami Lakshmanjoo explica que trasciende toda alegría sexual como la que podemos sentir cuando tenemos un orgasmo. Es, de hecho, el orgasmo de la unión divina.
La meta del tantra shaiva, explica Swami, es la unión con la conciencia universal (o Dios). Cuando esto sucede, el adepto tiene la memoria de que siempre ha sido esta conciencia universal. Así describe Swami el momento de la unión divina, que es esta alegría supersexual:
La conciencia divina se manifiesta como fuentes de alegría infinita, una alegría supersexual, pero no una alegría sexual indvidual, sino suprasexual. Millones de veces más intensa que la alegría sexual... fluye por todo el cuerpo, intoxicando... Esto ocurre sólo como 3 o 4 segundos, pero afecta toda la vida. Si se mantiene cerca de 1 hora, el cuerpo muere, el cuerpo limitado no tolera esa intensidad de alegría de unión con la divinidad... Así es la muerte para un yogui y por eso no le teme, por el contrario, el yogui la ama.