Al hablar de orgasmo masculino, éste generalmente se equipara con la eyaculación, pero en realidad son cosas distintas. Aunque muchas veces ocurren simultáneamente, se trata de fenómenos biológicos separados, y uno puede suceder sin el otro; por esta razón, algunos se entrenan intencionalmente para llegar al orgasmo sin eyacular, lo cual se conoce como retención de semen u orgasmo seco.
La razón principal por la que algunos hombres eligen practicar la retención de semen es para poder mantener una erección después del orgasmo, lo que les da la oportunidad de experimentar orgasmos múltiples, mientras complacen por más tiempo a su pareja.
Por lo general, el pene pasa por un período refractario después de la eyaculación en el que no puede volver a tener una erección, pero esto no sucede después de los orgasmos secos, por lo que los hombres pueden continuar con la actividad sexual aunque ya hayan tenido un orgasmo.
Para las parejas que buscan concebir, la práctica de la retención de semen puede aumentar la fertilidad, ya que al evitar la eyaculación durante algún tiempo se tendrán niveles más altos de esperma presentes durante la próxima eyaculación.
Así, los principales beneficios de la retención de semen son:
- Mayor resistencia sexual, pues los hombres adquieren la capacidad de mantener relaciones sexuales durante períodos más largos, porque no eyaculan tan rápido.
- Posibilidad de experimentar orgasmos múltiples, porque pueden tener varios orgasmos no eyaculatorios antes de llegar a la etapa refractaria.
- Más autocontrol y conciencia corporal, debido a la práctica involucrada que hace necesario un mejor conocimiento del propio cuerpo y sus sensaciones, así como una mayor capacidad de controlar las respuestas y reacciones corporales.
- Mejor calidad del esperma y mayor fertilidad, ya que al retenerlo durante algunos encuentros, se tendrá más esperma, con mayor motilidad, en la próxima eyaculación.
- Energía vital más fuerte, pues según algunas prácticas espirituales como el tantra, la retención de semen evita la pérdida de energía, pues en vez de salir del cuerpo, ésta circula de regreso y lo energiza.
Los orgasmos secos a veces ocurren naturalmente si has eyaculado varias veces recientemente, por lo que el cuerpo aún no ha tenido tiempo suficiente para producir más semen. Por lo tanto, una forma de aumentar las posibilidades de tener un orgasmo sin eyaculación es intentarlo después de haber eyaculado. Incluso puedes intentar tener varios orgasmos consecutivos hasta quedar sin semen.
Otra forma más complicada de lograrlo es entrenarte para controlar tu respuesta de eyaculación. Este enfoque puede incluir trabajar con un terapeuta sexual, afinar el piso pélvico mediante ejercicios de Kegel y practicar la conciencia plena para favorecer el autocontrol.
También puede ayudar que tomes conciencia de los músculos de tu zona pélvica, y para ello ayuda la práctica de detener y dejar fluir la orina. Luego, puedes probar al contraer esos mismos músculos cuando sientas que se acerca la eyaculación para prevenirla.
Se conoce como edging a la práctica sexual de llegar al punto exacto previo al orgasmo, sin llegar a él; es decir, se trata de mantener un alto nivel de excitación sexual durante un período prolongado sin llegar al orgasmo, para lo cual es necesario detener la estimulación en el momento preciso, esperar un poco y luego comenzar de nuevo.
Una forma de hacerlo es al reducir la velocidad durante la masturbación o el sexo para ser más consciente de lo que sientes cuando estás a punto de eyacular, de modo que puedas detenerte cuando lo sientas venir.
Intenta detenerte justo cuando estés a punto de eyacular y espera 20 segundos antes de continuar. La respiración lenta y profunda puede ayudar con este proceso; intenta contener la respiración durante 5 segundos antes de soltarla, o bien, puedes probar con la respiración rápida para mover la sensación por todo el cuerpo, de modo que ésta no se concentre tanto en los genitales. Prueba distintos tipos de respiración consciente y quédate con el que funcione mejor para ti.
Una vez que seas bueno en esto, puedes usar la técnica del edging para llegar al punto en el que estás a punto de eyacular, detener la eyaculación y continuar con la experiencia del orgasmo sin llegar a ella.
Finalmente es importante mencionar que esta, como cualquier otra práctica sexual, tiene sus pros y contras para cada persona y cada pareja; así que si lo intentas y no lo logras, no te preocupes ni te frustres.
Si te interesa lograrlo, practica sin engancharte, sin enfocarte únicamente en ello y sin que esto afecte el vínculo con tu pareja ni la atención que le brindas, pues al final, lo más importante en el sexo es cómo conectas con tu pareja y la forma en que ambos disfrutan de todo el proceso en ese momento íntimo, no sólo del orgasmo.
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