Un viaje saludable no se trata sólo del destino, sino de la travesía en sí misma. Se acercan las vacaciones de fin de año y seguramente quieres sentirte bien al 100. Si tu plan de relax incluye subirte a un avión para llegar a tu paraíso elegido, te conviene adoptar estas prácticas para mantener tu contacto con microorganismos y bacterias al mínimo:
Trae tu propia comida
No es un secreto que la comida que ofrecen en los aviones no es la mejor ni la más fresca. Llevar contigo algunos snacks saludables (con mayor razón si tienes restricciones alimentarias), siempre es buena idea. Es mucho mejor comer una manzana que unos cacahuates llenos de sal, que además te causarán hinchazón (lo último que necesitas en el aire).
Evita usar el baño (a menos que sea una emergencia)
Los servicios disponibles en un avión son limitados, por llamarlos de alguna manera. Entre la falta de espacio y la ausencia de agua, el resultado puede ser muy poco agradable. Aunque los baños se limpian entre vuelo y vuelo, trata de limitar tus visitas a esta parte de la aeronave. Prográmalas para antes o después del viaje. Si vas a volar muchas horas, lleva contigo toallitas desinfectantes para limpiar cada superficie antes de usarla.
Mantén tus zapatos puestos
El único lugar donde deberías remover tu calzado es cuando pases por seguridad, especialmente si no traes calcetines (por favor, ¡no viajes sin calcetines!). Si ya estás en el avión y por alguna razón te has quitado los zapatos, no camines por los pasillos. Las alfombras de estos medios de transporte tienen índices de suciedad y microbios sumamente altos. Cuando el vuelo es muy largo y necesitas darle un descanso a tus pies, incluye unas pantuflas en tu maleta de mano. No olvides que el resto de los pasajeros merecen tu consideración.
Lávate las manos
Es la regla de oro, y no sólo en el aire. Sin embargo, cuando visitas un aeropuerto y abordas un avión entras en contacto con mucho más personas (y sus gérmenes) de lo que lo harías en un día cualquiera. Pasar por seguridad, tocar las cajas de plástico para poner tus pertenencias, los cinturones del avión y las múltiples superficies por donde pasan miles de pasajeros cada día, son suficiente razón para mantener tus manos lo más limpias posibles. Llevar gel desinfectante te salvará cuando no haya un baño cerca.
Con información de Well and Good