El nuevo coronavirus, llamado SARS-CoV-2, que está detrás de la actual pandemia causa una infección respiratoria conocida como covid-19, en la cual el virus ingresa a las vías respiratorias y puede dificultar la respiración.

Aunque el organismo de una gran cantidad de personas es capaz de combatir el virus y presentar sólo síntomas leves o incluso ser asintomáticas, alrededor del 6% de quienes contraen covid-19 se enferman gravemente, y aproximadamente uno de cada 4 de éstos puede necesitar un ventilador para poder respirar. 

Así, durante la pandemia se ha hablado mucho de esos ventiladores, pero ¿en qué consisten y por qué son tan importantes? 

Un ventilador, también llamado respirador, es una máquina que ayuda a respirar a un paciente que no puede hacerlo por sí mismo, al hacer entrar y salir el aire del cuerpo a través de tubos que se conectan a las vías respiratorias.

¿Por qué se vuelve necesario un ventilador? Primero hay que entender que cuando los pulmones inhalan y exhalan aire normalmente, toman el oxígeno que las células necesitan para sobrevivir y expulsar dióxido de carbono. Sin embargo, al enfermar de covid-19 y caer en un estado grave, las vías respiratorias se pueden inflamar, dificultar la respiración y ahogar los pulmones en líquidos.

Aquí es donde entra en acción el ventilador, ya que ayuda mecánicamente a bombear oxígeno al cuerpo cuando éste no es capaz de hacerlo por sí mismo. El aire fluye a través de un tubo que entra en la boca y baja por la tráquea, y luego el aparato también realiza el proceso de la exhalación, con la cual expulsa el dióxido de carbono y las toxinas que normalmente libera el organismo a través de la respiración. 

El ventilador se puede configurar para que haga una cierta cantidad de respiraciones por minuto. Además, en el caso de los pacientes que no necesitan tenerlo activo todo el tiempo, los médicos también pueden programar el ventilador para que se active cuando se requiere; así, empezará a funcionar automáticamente si detecta que la persona no ha respirado en un tiempo determinado.

El uso de los ventiladores no es algo agradable para los pacientes, pues el tubo de respiración puede ser incómodo y mientras está conectado, no pueden comer ni hablar. Es posible que algunas personas con ventiladores no puedan comer y beber normalmente. Si es así, necesitarán obtener sus nutrientes a través de una inyección intravenosa, que se inserta con una aguja en una de sus venas.

Es importante aclarar que un ventilador no cura a los pacientes que padecen covid-19 u otras enfermedades que causaron su problema respiratorio. Sólo sirve como un apoyo que les ayuda a sobrevivir hasta que su estado mejore y sus pulmones puedan funcionar solos.

Cuando el médico considere que el paciente está lo suficientemente bien, analizará su respiración para evaluar cuándo será momento de quitar el respirador, el cual permanece conectado pero configurado para que la persona pueda intentar respirar por su cuenta. Cuando respire normalmente, se extraerán los tubos y se apagará el ventilador.

El problema de la falta de ventiladores

Hasta aquí todo suena relativamente sencillo, pues al parecer sería suficiente con colocar los ventiladores a los pacientes que los necesiten y esperar que sus cuerpos reaccionen positivamente hasta recuperarse. Sin embargo, el gran problema es la falta de suficientes equipos de este tipo para hacer frente a la demanda generada por la pandemia de covid-19.

Tan sólo en Estados Unidos, se estima que hasta 1 millón de pacientes podría requerir un ventilador, cuando en el país sólo se tienen 160 mil. Y esta situación se repite en todos los países, sobre todo en aquellos más pobres y en vías de desarrollo, donde los sistemas de salud pública cuentan con recursos limitados y precarios.

Por esta razón, gigantes de la industria automotriz como Ford, General Motors, Tesla y Nissan, además de los equipos británicos de Fórmula 1, han empezado a adaptar sus cadenas de montaje para contribuir a fabricarlos.

A la par, a las grandes empresas también se han sumado algunas fábricas de productos como aspiradoras, e incluso equipos de individuos que trabajan con impresoras 3D para ayudar a fabricar algunos más.

Por otro lado, si bien el respirador suele ser sencillo de operar, es muy importante que el médico que lo coloque tenga cierta experiencia en  hacerlo, con el fin de evitar causar daños a los pacientes al introducir el tubo por la tráquea; esto significa que no cualquier médico o enfermera puede hacerlo, y si los hospitales se saturan, el personal tampoco se da abasto para atender a todos los que lo necesitan.

Estas son las principales razones por las que se ha insistido tanto en que las personas se queden en casa con el fin de evitar el aumento desproprcionado de contagios, lo cual conduce al colapso de los hospitales y sistemas de salud, así como a la falta de ventiladores y de personal médico para dar la atención a todos los enfermos.