Desde 1958, año de su invención, los audifonos personales revolucionaron la forma de escuchar música y hasta de hablar por teléfono. Son protagonistas en la vida actual de las personas, porque aislan el sonido exterior y en muchos casos facilitan la concentración.

Ante la estancia en casa como una prevención ante la presencia de la COVID-19, muchas personas utilizan los audifonos más de lo habitual, pero hay un riesgo cuando los usuarios omiten las indicaciones sobre volumen y decibeles adecuados para evitar que las células ciliadas del oído interno se dañen debido a la alta frecuencia y el uso durante tiempos prolongados.

El doctor Fernando Díaz Rojas, director comercial de MED-EL México, explica que el oído humano puede soportar entre 60 y 80 decibeles sin que se genere ningún daño, pero no se debe abusar de ello más de 4 horas seguidas. Es importante señalar que en la medida que el volumen aumenta en 5 decibeles, bastan 2 horas y media para que pueda ocurrir una afectación en la audición.

"Lo recomendable es que únicamente se utilicen 2 horas por día en volúmenes que no comprometan nuestra escucha, ahora, si el tiempo debe ser mucho mayor a eso, hay que considerar que los decibeles deben ser menores: por ejemplo 40", explica el especialista.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, el uso excesivo de audífonos podría comprometer la salud auditiva de las personas de entre 12 y 35 años, con daños de forma inmediata con una sola exposición, lo que desencadena desde pequeñas molestias dentro de los oídos, dolor o picazón, hasta dificultades para escuchar. 

Por ello, el especialista sugiere tomar en cuenta las siguientes consideraciones:

• Volumen bajo: mantener un volumen bajo sin superar el 60% del volumen máximo de los aparatos de audio.

• Tiempo de utilización: limitar el tiempo diario de uso de los audífonos personales a menos de 1 hora al día a un volumen bajo.

• Utilizar auriculares que no se introduzcan en el oído: son menos agresivos, al no estar en contacto directo con el pabellón auditivo.

• Limpieza: de preferencia, con soluciones de alcohol al 70% o con toallas desinfectantes.

• Revisiones auditivas: hacerlas de forma periódica para detectar cualquier posible pérdida de audición en una etapa inicial.