Una de las principales recomendaciones que se han dado para prevenir el contagio de covid-19 durante la actual pandemia es el uso del cubrebocas, en especial al estar en lugares públicos o en situaciones en las que sea difícil mantener la sana distancia.
¿Por qué es necesario el uso de cubrebocas? La razón más importante, además de reducir tu propio riesgo de contagio, es que muchas personas contraen el virus y son asintomáticas, por lo que ni siquiera se enteran de que están enfermas al no presentar malestares.
Quienes son asintomáticos o presintomáticos pueden potencialmente esparcir el virus sin saberlo si no utilizan un cubrebocas, por lo que, más allá de prevenir el propio contagio, mantener cubiertas la nariz y la boca ayuda a evitar que quienes no saben que están enfermos esparzan el virus.
Sin embargo, no es necesario que traigas el cubrebocas puesto absolutamente todo el tiempo, pues hay lugares o situaciones en las que es seguro no usarlo, y hay personas para quienes es mejor mantenerse descubiertos.
Las siguientes recomendaciones pueden ayudarte a tener una mejor idea de cuándo sí debes ponértelo y cuándo puedes no hacerlo con seguridad.
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En estos lugares no suele haber mucho espacio en los pasillos, y aunque haya una menor afluencia, es muy probable que te topes con otros compradores en espacios reducidos y filas, o que quedes a menos de 2 metros del cajero o de las personas que atienden. Por ello, en estos lugares es mejor para todos que te cubras.
De hecho, podrías no poder entrar en una tienda sin cubrebocas, ya que el uso del mismo es un requisito para que te permitan el acceso. Así que cada vez que salgas a comprar algo, recuerda llevar tu cubrebocas y ten presente que en la mayoría de los lugares sólo se permite el acceso a una persona, de modo que no debes ir acompañado.
Sí, es cierto que puede ser incómodo traer la nariz y la boca cubiertas mientra te ejercitas y que te hace sentir más calor y sudor en la cara, pero cuando estás en lugares cerrados en los que hay más personas, por tu bien y el de los demás, es mejor usar cubrebocas.
Esto se debe a que al ejercitarte, tu ritmo cardiaco se acelera y respiras con más fuerza, por lo que las gotitas que salen cuando exhalas, y que son las que propagan el coronavirus y otras enfermedades, pueden llegar más lejos.
Por otro lado, si una persona infectada tose, estornuda o exhala con fuerza en un área cerrada, como un gimnasio, donde el mismo aire circula constantemente, esas partículas pueden propagarse por toda la habitación, con lo que el riesgo de contagios aumenta considerablemente.
También deberías usar un cubrebocas cuando te ejercitas en espacios al aire libre que son muy concurridos. Sólo asegúrate de que puedes respirar lo suficientemente bien para tener suficiente oxígeno, o bien, opta por hacer ejercicio en casa o busca un sitio al aire libre donde haya menos gente.
Lo mismo que ocurre en los gimnasios aplica para lugares como estéticas, barberías, salones de belleza y spas, ya que son espacios cerrados en los que habrá más personas y, al menos, la persona que te atienda estará muy cerca de ti. La recomendación es que deberías usar un cubrebocas cada vez que no puedas mantener la distancia de 2 metros o más.
Obviamente te lo vas a quitar para comer, pero debes usarlo antes y después de hacerlo, porque aunque haya una separación suficiente entre mesas, habrá interacción entre las personas que van contigo, así como con el personal del restaurante. Y es que el solo acto de hablar podría ser suficiente para esparcir el virus.
En los restaurantes pasa algo similar que en los gimnasios y demás lugares cerrados, ya que el mismo aire circula constantemente y lleva las partículas de un lado a otro, por lo que lo ideal es que mientras conversan antes y después de comer, todos se pongan el cubrebocas.
Si decides asistir a servicios religiosos, mantén tu distancia y usa cubrebocas. Esto es necesario porque este tipo de eventos implican cantar y recitar oraciones, con lo que las gotitas exhaladas pueden saltar y contagiar a otros.
En estos casos, el virus se puede esparcir directamente de persona a persona y posiblemente también a través del sistema de ventilación.
Debes ponerte cubrebocas si usas el transporte público, si ya regresaste a trabajar de forma presencial, si debes ir al banco, a una plaza o a cualquier otro lugar o establecimiento en el que haya más personas, en especial en aquellos en los que se complica mantener la distancia mínima recomendada de 2 metros.
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No uses cubrebocas si te ejercitas al aire libre, en lugares sin gente, como un bosque, parque o sendero muy poco concurrido, donde no haya riesgo de que te encuentres de cerca con otras personas. Una opción es buscar horarios en los que hay menos personas, ya sea muy temprano, en la noche, o en las horas en las que la mayoría trabaja o come.
A menos que alguna de las personas con las que vives esté contagiada, no es necesario que uses cubrebocas mientras estás en casa o al estar en presencia de quienes diariamente conviven contigo.
Lo mismo pasa si viajan en coche, si viven juntos pueden ir sin cubrebocas en él; pero si al auto se sube alguien externo o si tú subes al coche de alguien más, entonces sí es necesario que todos lo usen.
Hay ciertas personas que no deberían usar jamás un cubrebocas: los niños menores de 2 años, las personas que son incapaces de quitárselo sin ayuda, ya sea por problemas motrices o de discapacidad mental o cognitiva, y quienes se quedan sin aliento a causa de algún padecimiento respiratorio.
En estos casos, las personas que idealmente no deben usar cubrebocas deberían permanecer en casa la mayor parte del tiempo que sea posible, ya que al no salir evitan el riesgo de contagiarse, sin necesidad de ponerse un cubrebocas.
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