Seguramente has visto a muchas personas que usan cubrebocas con válvulas o filtros, e incluso es probable que tú tengas uno. Este tipo de mascarillas se han vuelto populares debido a que las válvulas hacen posible respirar mejor al permitir el flujo de aire y son más cómodas de usar, sobre todo al traerlas puestas durante periodos prolongados.

Pero, más allá de la comodidad, ¿son realmente efectivos estos cubrebocas ante la pandemia de covid-19? La respuesta es que no. Independientemente de qué porcentaje de partículas filtren estas mascarillas, ninguno de los modelos que tienen filtros o válvulas son efectivos para la prevención de contagios. 

Esto se debe a que esta clase de cubrebocas protegen solamente a quien los usa pero no a los demás, ya que filtran las partículas del aire exterior al inhalar, pero permiten el escape de partículas a través de la válvula al exhalar. 

Así que si la persona que trae una mascarilla de estas está enferma, de todos modos puede contagiar a quienes se encuentren a su alrededor, porque puede expulsar gotículas con el virus al exhalar, y poner en riesgo al resto de las personas.

Desde este punto de vista, no tiene ningún sentido que se utilicen mascarillas con válvula. Lo más recomendable es usar los cubrebocas quirúrgicos básicos o los reutilizables elaborados con tres capas de tela, pues resultan mucho más efectivos para evitar contagiar y ser contagiado.

Entonces, ¿en qué circunstancias se utilizan los cubrebocas con válvula? Ya que son más cómodos de usar, porque permiten una mejor circulación de aire y porque la válvula ayuda a regular la temperatura y evitar que la tela se humedezca, su uso es adecuado para quienes trabajan, por ejemplo, en obras de construcción, talleres o entornos donde se genere polvo, para evitar respirar esas partículas, pero en ningún caso son recomendables para prevenir el contagio de enfermedades respiratorias.

Recomendaciones de la OMS para el uso adecuado de cubrebocas

Además de evitar el uso de los cubrebocas con válvula debido a su inefectividad, la Organización Mundial de la Salud (OMS) emitió las siguientes recomendaciones sobre el uso de mascarillas para prevenir contagios de covid-19.

La OMS recomienda el uso de mascarillas médicas para todo el personal sanitario que labora en zonas con menor riesgo de contagio aéreo, mientras que las de mayor protección (N95, FFP2, FFP3) se deben usar por el personal médico y sanitario en las zonas de mayor riesgo, como lo son las áreas de atención a pacientes con covid-19.

Los cubrebocas de tipo médico son también recomendados para quienes cuidan, atienden o comparten el espacio con pacientes de covid-19, sean sospechosos o confirmados; y también para quienes pertenecen a los grupos de riesgo, como personas de la tercera edad, pacientes con enfermedades pulmonares crónicas, cáncer, diabetes o problemas cardiovasculares, cuando se encuentren en sitios donde no les sea posible mantenerse al menos a 1 metro de distancia de los demás. 

Para las personas que transitan en la calle o se encuentran en espacios compartidos o públicos y que no presentan alguna de las condiciones anteriores, se sugiere el uso de cubrebocas no médicos, como los reutilizables hechos de tela. 

Es importante que los cubrebocas de tela estén elaborados con tres capas: una exterior de material impermeable, una interior que permita el paso de la humedad, y una intermedia que funcione como filtro.

Éstos son efectivos para prevenir contagios en tiendas y todo tipo de establecimientos comerciales, oficinas, transporte público, cines, teatros, etcétera, así como en espacios abiertos en los que no sea posible mantener una distancia física de al menos 1 metro entre las personas.

La OMS no recomienda el uso de cubrebocas en niños menores de 5 años, mientras que en los que tienen entre 6 y 11 se debe decidir según las condiciones del espacio en que se encuentren, la cantidad de personas que hay, la distancia que se puede mantener respecto a los demás y la capacidad de los niños para poder usarla sin que les incomode o les impida respirar adecuadamente. A partir de los 12 años, se deben seguir los mismos lineamientos que aplican para los adultos.

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