A la par de la emergencia sanitaria por covid-19 se ha desatado otra pandemia: la de las enfermedades mentales, específicamente la depresión, cuyas cifras han aumentado considerablemente debido a las circunstancias derivadas del confinamiento y la soledad por el distanciamiento social, así como al duelo por la pérdida de seres queridos, relaciones y empleos, la incertidumbre, el temor y los problemas económicos y familiares, entre otros factores.
La depresión es un trastorno mental y emocional que causa una tristeza muy profunda y la incapacidad de experimentar placer; además, consume la energía física y dificulta la capacidad para concentrarse, por lo que interfiere en todos los ámbitos de la vida. Quienes la padecen dejan de disfrutar de la vida, suelen mostrarse irritables, perciben el entorno sombrío, sus pensamientos más recurrentes son pesimistas, e incluso llegan a experimentar ideas suicidas.
Desde antes de la aparición de la covid-19 la depresión ya era considerada una pandemia mundial pues, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), afecta a más de 300 millones de personas en el mundo.
En el caso de México, se calcula que alrededor del 15% de la población la padece, aunque hay muchos casos no diagnosticados, debido a que las personas no buscan ayuda profesional o tardan años en hacerlo.
Ahora, tras ya casi 1 año de confinamiento y restricciones por la pandemia de covid-19, se calcula que en México los casos de depresión podrían haber aumentado en un 25%, lo que significa que al menos 32 millones de mexicanos podrían padecerla como consecuencia de la emergencia sanitaria y todo lo que hay en torno a ella.
Los especialistas de la Asociación Mexicana de Psiquiatría temen que esa cifra aumente cuando concluya la contingencia sanitaria y un mayor número de personas afectadas puedan recibir atención médica, ya que actualmente hay muchos pacientes que aún no son diagnosticados.
Según los resultados obtenidos en el estudio “Respuestas emocionales y estrategias de afrontamiento durante la pandemia”, realizado por la investigadora Luciana Ramos Lira, las personas experimentan emociones como preocupación, miedo, tristeza y enojo ante la pandemia:
De acuerdo con los expertos en salud mental, todas esas emociones forman parte de un estrés crónico que produce depresión y ansiedad, el cual surge de factores como el sufrimiento ante pérdidas múltiples, como la enfermedad y muerte de seres queridos, el desempleo y la falta de libertad.
Además, a esto hay que sumar los problemas de pareja y familiares, el aumento de la violencia doméstica, las dificultades económicas, el miedo al contagio y la preocupación ante la precariedad de los servicios médicos. Todo esto ocasiona una incertidumbre generalizada, la cual deriva en estrés crónico, ansiedad y depresión.
Por otro lado, ante el prolongado confinamiento ha surgido un “fenómeno del hartazgo”, que trae como consecuencia que las personas ya no quieran seguir los protocolos sanitarios, ni guardar la sana distancia. Esto empeora también con la ya mencionada incertidumbre ante una pandemia que se extiende, no se sabe cuándo terminará y parece no tener un fin.
En este contexto, las afectaciones emocionales y mentales que la pandemia por coronavirus ha causado en la población en México se ven reflejadas en el incremento de hasta 30% en la demanda de antidepresivos.
Te puede interesar: 13 de enero: Día Mundial de la Lucha contra la Depresión
Aunque este tipo de enfermedad mental no distingue condición social, sexo o edad, existen factores que pueden predisponerla, como haber sido víctima de abusos durante la infancia, vivir en medio de la violencia, sufrir carencias económicas, algunos aspectos socioculturales y, en algunos casos, también es debida a a factores biológicos relacionados con los neurotransmisores del cerebro.
Además, ahora se suman todos los factores ya mencionados que han surgido ante la pandemia. Y ya que la depresión puede originarse por una combinación de múltiples causas, es difícil tener un método de prevención que funcione para todos, pero en general, las siguientes recomendaciones pueden ser de ayuda en estos momentos.
Sobre todo, mantente lejos de la información que proviene de fuentes amarillistas y sensacionalistas. Estar informado es bueno, pero mantenerte pegado a las noticias todo el tiempo no lo es, ya que tu mente está expuesta en todo momento a datos sobre muertes, mayor número de contagios, hospitales colapsados y todo lo negativo que en nada te ayuda pero sí puede afectarte mucho.
Procura informarte sólo lo básico y necesario; enfócate en cuidar de ti y los tuyos y trata de dirigir tu mente y tu tiempo hacia otras cosas, como aprender algo nuevo, practicar tus pasatiempos o simplemente dedicar tiempo a tu familia, a tus mascotas o a ti mismo.
Tu mejor arma contra la covid-19 y contra cualquier enfermedad es mantenerte saludable en cuerpo y mente. Así que es momento de cuidar de ti al alimentarte sanamente, hacer un poco de ejercicio cada día, dormir bien y dejar los malos hábitos como fumar o beber alcohol en exceso.
También debes cuidar tu mente al aprender a gestionar, expresar y dejar fluir tus sentimientos y las emociones que toda esta situación provoca en ti. No te sientas mal por tener miedo, estar preocupado o a veces sentirte solo, triste y sin rumbo… De verdad, no eres el único, muchos se sienten así y es bueno reconocerlo para que esas emociones no terminen por dominarte y absorberte. Procura compartir tu sentir con gente de tu confianza o con un terapeuta que te ayude a manejarlo.
Esto es especialmente importante si has trabajado desde casa los últimos meses, ya que el encierro y ver todo el tiempo las mismas cosas puede afectar tu bienestar mental. Así que procura tener bien definidos tus horarios y espacios de trabajo y aquellos que dedicas para tus cosas personales y respétalos. No por trabajar en casa debes estar siempre disponible, pues también es importante que tengas tiempo de descanso, recreación y relajación.
Dedica un tiempo cada día para hacer algo que te haga sentir bien, algo que realmente disfrutes mucho. Procura también incluir en tu agenda diaria alguna actividad creativa que te ayude a canalizar tus emociones y liberarte del estrés. Finalmente, regálate también un tiempo para relajarte y consentirte.
Si la pandemia te hace sentir un miedo constante o incluso te llega a provocar ataques de ansiedad o pánico, una recomendación es hacer ejercicios que enfoquen tu mente en otras cosas, para no dejarte llevar por el pánico.
Una estrategia para esto es la llamada 5-4-3-2-1:
Esta práctica te ayuda a traer tu mente y tus pensamientos de regreso al presente; al activar todos tus sentidos te colocas en el aquí y el ahora, donde estás seguro y no hay espacio para el miedo.
Si tú o un ser querido tienen problemas de depresión, ansiedad, tristeza, miedo, soledad o cualquier otro conflicto mental o emocional generado por la pandemia (o por cualquier otro factor), puedes comunicarte a la Línea de Seguridad o el Chat de Confianza del Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de la Ciudad de México.
Es un servicio gratuito y confidencial, y brinda atención, asesoría y apoyo todos los días, las 24 horas. Sólo llama o envía un mensaje vía WhatsApp al 55 5533 5533 y uno de sus psicólogos te ayudará, escuchará y orientará.
Te puede interesar: Suicidios, abuso de sustancias y violencia aumentan en la pandemia
Imagen de portada: Photographeeasia / Freepik