La pandemia vino a transformar la vida del mundo entero y ha traído consigo una nueva realidad marcada por la pérdida y el duelo. Además del evidente dolor que han causado los fallecimientos por covid-19, la pandemia ha ocasionado también otro tipo de pérdidas y duelos que afectan la estabilidad emocional.
Bodas, conciertos, reuniones, planes de viaje, eventos escolares y más se cancelaron a raíz del virus. Muchísimos empleos se han perdido, negocios han quebrado, familias enteras han quedado a la deriva y la situación ha obligado a las personas a procesar el duelo tanto individual como colectivo frente a un futuro incierto que no es posible controlar.
Más allá de las pérdidas individuales, la humanidad en general ha debido lidiar con la pérdida colectiva del mundo y la cotidianidad que se conocían hasta antes de la pandemia. Además de la pérdida de vidas, la humanidad lamenta la pérdida de la normalidad, de esas actividades mundanas que antes se daban por sentado y ahora se añoran.
Y es que los cambios en las rutinas y ritmos normales de la vida cotidiana, además de la interrupción de actividades, contribuyen a la persistente inquietud y tristeza que se han hecho presentes los últimos meses.
Algunas de las razones (además de la pérdida de seres queridos) por las que las personas están en duelo como resultado de la pandemia incluyen:
Además de quienes viven un duelo por las pérdidas que ya ocurrieron, hay personas que experimentan un duelo anticipado, es decir, el que surge con la sensación de que aún está por llegar algo peor y una pérdida mayor, debido a la incertidumbre con la que hoy se vive.
El duelo anticipado se da, por ejemplo, cuando una persona tiene una enfermedad prolongada. Tanto la persona que está enferma como su familia y amigos pueden experimentar un periodo de dolor mientras se preparan emocionalmente para la muerte inevitable.
Pero este tipo de duelo no se da sólo ante la muerte, sino en cualquier otro ámbito que implique una pérdida. Por ejemplo, alguien que siente que su estabilidad laboral está en riesgo y que en cualquier momento puede quedarse sin trabajo.
Quienes experimentan este tipo de duelo pueden sentir tristeza por la pérdida posible o inminente, miedo de lo que sucederá, enojo por la situación y sentimientos de aislamiento y soledad.
Ante una pandemia, muchas personas deben lidiar con el dolor causado por la muerte inesperada de un ser querido.
En circunstancias normales, ante una pérdida de este tipo, se suele recurrir al apoyo y compañía de familiares y amigos; antes de la pandemia era posible reunirse con los seres queridos para llorar, compartir recuerdos felices y tener atención y apoyo mutuos.
Las circunstancias actuales han obligado a que todo esto cambie y ahora no hay velorios ni funerales; todo debe ser rápido y sin personas reunidas, con lo que el proceso se vuelve mucho más complicado y doloroso de lo que solía ser, pues ahora, además, es un proceso solitario.
Esta incapacidad para participar en tradiciones que apoyan el proceso de duelo puede hacer que sea mucho más difícil de afrontar. Los factores asociados con la naturaleza del virus en sí también pueden complicar las emociones que experimentan las personas.
Si has perdido a un ser querido a causa de covid-19, puedes experimentar:
Sentimientos de culpa. Es posible que sientas arrepentimiento porque no pudiste estar allí para apoyar a tu ser querido en sus últimos momentos. Si bien estos sentimientos son difíciles, es importante recordar que esta no es una situación que puedas controlar, así que no fue tu decisión no acompañarlo, sino un impedimento por las circunstancias.
Falta de cierre. El proceso de duelo generalmente implica un periodo de despedida después de que la persona falleció, como el que se da en los velorios, funerales y servicios religiosos. Cuando se trata de una enfermedad muy contagiosa, las personas en duelo suelen verse privadas de este importante paso, lo que hace más difícil aceptar la realidad de la muerte.
Sentimientos de aislamiento. Uno de los mayores desafíos del duelo en la era de la covid-19 es el aislamiento que crea la enfermedad. El duelo puede ser una experiencia de aislamiento en circunstancias normales, pero el distanciamiento social y la cuarentena han hecho que el proceso sea aún más solitario. Las personas no sólo no pueden estar allí para ofrecer consuelo a los demás, sino que también se ven obligadas a llorar solas.
El duelo es una reacción normal ante una pérdida de cualquier índole. El duelo implica sentimientos de conmoción, parálisis (no saber qué hacer, cómo actuar o cómo reaccionar), tristeza, ira y ansiedad.
Algunas señales de que lidias con un duelo o duelo anticipado surgido a raíz de la pandemia incluyen:
No importa qué tipo de pérdida hayas experimentado, siempre ten presente que tus sentimientos son válidos, esa pérdida es algo importante y no debes anular ni negar tus sentimientos.
Incluso si no has experimentado personalmente una muerte relacionada con la pandemia, no descartes lo que sientes. Es importante no hacer una comparación de pérdidas. Puede que no hayas perdido a un ser querido, pero sea cual sea el tipo de pérdida que experimentes, si te duele, te entristece o te angustia, es algo totalmente válido y legítimo.
Recuerda que no estás solo en esto, pues muchas personas, si no es que todas, experimentan algún tipo de pérdida, de duelo y de dolor. Las siguientes recomendaciones te pueden ayudar a llevar mejor tu proceso de duelo en estas circunstancias tan caóticas.
Ante un sentimiento de duelo, es muy importante que no dejes de lado tu cuidado personal. Inmediatamente después de una pérdida, cuidar de ti mismo puede parecer una tarea monumental. Concéntrate en lo básico y asegúrate de comer bien, mantenerte hidratado, procurar tu higiene y descansar lo suficiente. No te presiones demasiado para mantener la normalidad frente a una crisis, pero sí cuida los aspectos más básicos de tu bienestar.
No te presiones ni dejes que otros te presionen para estar bien y volver a sonreír y a la rutina de la noche a la mañana; date tiempo para desahogarte, para vivir tu duelo y para sanar poco a poco.
Darte tiempo te permite superar el dolor de la pérdida, pues llegar a un lugar de aceptación lleva tiempo, y en ese lapso puedes aprender cosas. Por ejemplo, ante una muerte, puedes comprender que tu ser querido ya no está físicamente aquí pero que siempre tendrás los recuerdos, la alegría y el amor que compartiste con esa persona. Ante una pérdida de otro tipo, podrás valorar lo vivido y extraer la lección que esa experiencia te deja.
Recuerda que tus sentimientos son válidos y no hay una forma correcta o incorrecta de sentirse después de perder a alguien o algo. El impacto y la incredulidad que siguen a una pérdida inesperada suelen ir seguidos de una sensación de entumecimiento, de no saber qué hacer, qué camino seguir a partir de ese punto.
En un mundo que parece al revés, es posible que no experimentes el dolor de la misma manera que lo harías en circunstancias normales. El dolor es personal y todos lo viven de manera diferente. Los sentimientos de enojo, arrepentimiento, tristeza y depresión también son comunes.
Así que busca la forma de comprender tus sentimientos, emociones y tu dolor para desahogarlos y aliviarlos. Lo importante es darte un tiempo para trabajar con esas emociones a tu propio ritmo. Recuerda que necesitarás tiempo para integrar esta pérdida en tu vida.
Es importante que no te aísles. Si bien el distanciamiento social hace imposible que te reúnas personalmente con amigos y familiares, sí puedes organizar charlas virtuales con ellos para compartir tu sentir y desahogarte.
Aunque físicamente no puedan estar juntos, esto ayudará a mantener y fortalecer la conexión emocional y te permitirá sentirte arropado por su cariño, compañía y apoyo.
Si tienes dificultades para lidiar con los sentimientos de dolor, hablar con un profesional de la salud mental puede ser útil. Muchos terapeutas y psicólogos ofrecen opciones de consulta y terapia en línea, así que puede ser una buena alternativa para encontrar el apoyo y la guía que necesitas para manejar el duelo.
Finalmente, date permiso para llorar y desahogarte; trátate a ti mismo y a los demás con amabilidad, comprensión y respeto durante este momento difícil, sobre todo ante las pérdidas de todos los niveles que cada uno vive a su manera.
Con información de Very Well Mind
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