Dar a luz es el momento de máxima conexión con la vida que experimenta una mujer (al menos porque no recordamos el nacimiento y de la muerte no podemos decir nada o casi nada). En la conmoción inicial del alumbramiento, puede pasar desapercibido que uno de los aspectos esenciales del nacimiento de un bebé es llenarse de bacterias. Dentro del vientre materno el feto no tiene un sistema inmune propio ni un ecosistema de microorganismos (la microbiota). Pero al nacer, el nuevo ser ya no podrá depender de su madre en este sentido y necesita de un sistema de defensa ante agentes patógenos, por lo cual recolecta miles de millones de microorganismos en apenas minutos de vida.
Entendiendo que nacer es llenarse de microbiota, llenarse de pequeñas unidades de vida que nos acompañarán hasta la muerte, recopilamos aquí 5 importantes puntos que merecen tomarse en cuenta antes y después del parto.
1. Las cesáreas pueden tener importantes efectos en la salud de una persona
El procedimiento quirúrgico de la cesárea ha salvado numerosas vidas y es indudablemente un estupendo recurso para partos complicados. Sin embargo, este procedimiento por razones económicas, de comodidad o de ignorancia, está siendo utilizado en demasía. La OMS considera que sólo el 15% de los partos a nivel mundial requieren cesárea, pese a eso en países como México, Brasil y Argentina, las cifras se acercan al 40% de todos los partos.
Los bebés que nacen por cesárea, a diferencia de por vía vaginal, tienen un primer contacto con bacterias y otros microorganismos muy distinto. Estos bebés son colonizados mayormente por las bacterias de la piel y aquellas que yacen en la superficie de los aparatos y muebles de un hospital. Esto hace que al analizar su microbiota se tengan resultados radicalmente distintos, con una menor concentración de bacterias benéficas como los lactobacilos y las bifidobacterias, las cuales realizan importantes funciones orgánicas. La microbiota a la cual se exponen los bebés a través del canal vaginal y el amamantamiento ha coevolucionado por miles de de años para proveer los cimientos de la salud humana.
Según documenta el Dr. Justin Sonnenburg en su libro "The Good Gut", estudios indican que los bebés que nacen por cesárea tienen mayor tendencia a la obesidad, el asma, el autismo y otras enfermedades.
2. Tomar antibióticos cuando no son estrictamente necesarios puede afectar la salud de un niño a largo plazo
En las sociedades occidentales modernas, los niños suelen recibir varias dosis de antibióticos antes de cumplir los tres años. Las madres, igualmente, suelen tomar antibióticos durante el embarazo o antes del parto. Como ocurre con la cesárea, esto puede ser algo que salve la vida de una persona, pero en muchos casos, los antibióticos son recetados cuando no son estrictamente necesarios.
Un antibiótico de amplio espectro es una especie de bomba atómica dirigida indistintamente a las diversas poblaciones del ecosistema intestinal. Cursos repetidos de antibióticos suelen producir una disbiosis o desbalance en la población de especies claves de la microbiota y pueden llevar a enfermedades graves como el Clostridium difficile. Estudios muestran que tomar antibióticos antes de los 2 años de edad incrementa el riesgo de padecer enfermedades como asma, el autismo y algunas otras.
3. La leche materna es un poderoso cóctel probiótico y prebiótico
La leche materna también es el resultado de la coevolución entre el ser humano y su microbiota y está afinada para proveer nutrimentos no sólo para el recién nacido sino también para su recién adquirido ecosistema microbial. Además de contener diversas bacterias benéficas, la leche materna contiene una alta concentración de oligosacáridos, moléculas de azúcar que no son descompuestas por el sistema digestivo humano pero que alimentan a ciertas cepas de bacterias benéficas, que luego forman ácidos grasos de cadena corta.
4. Las bacterias conforman el sistema inmune de los niños
El sistema inmune es un complejo sistema que no restringe su ubicación a una parte del organismo, sino que funciona de manera holística interactuando con diversos órganos. Uno de los componentes esenciales de este sistema de células --a veces imaginadas como un ejército con distintos tipos de soldados-- las cuales están encargadas de defender al organismo de invasores, es la microbiota. A partir de la colonización de la microbiota en el recién nacido se activa una expresión de genes que forma una capa mucosa que recubre la pared intestinal y la cual será la barrera o bisagra que definirá qué entra al organismo y qué es repelido. Las bacterias de nuestra microbiota son de hecho parte de nuestro sistema defensa para evitar que entren o crezcan en demasía las poblaciones de otras bacterias patógenas. Asimismo, la microbiota, en conjunto con las células de la pared intestinal, se encarga de modular la respuesta a potenciales agentes infecciosos. Es por ello que personas que reciben fuertes dosis de antibióticos --los cuales erradican importantes especies de la microbiota-- suelen desarrollar más fácilmente alergias, las cuales son respuestas desproporcionadas a agentes externos que el cuerpo percibe como agresores, o tienden también exhibir más fácilmente respuestas inflamatorias.
5. Puedes repoblar la microbiota de tu bebé
Si bien los efectos de un nacimiento por cesárea, el uso excesivo de antibióticos o no alimentar a un bebé con leche materna pueden hacerse sentir para toda la vida, también es cierto que existen cada vez más mecanismos y alternativas para paliar e incluso corregir estos efectos. Entre ellos están lo que en inglés se conoce como "swabs" vaginales, telas adheribles que son llenadas con la microbiota de la madre y con las que se recubre al bebé en el momento en el que es extraído a través de una cesárea.
Otra forma de contrarrestar estos efectos es incluir probióticos en la dieta, como pueden encontrarse en alimentos como el yoghurt o las verduras fermentadas. Asimismo, existen diversos suplementos que pueden ser administrados con la dirección de un médico y se recomienda también una dieta diversa con un alto contenido de alimentos prebióticos.
Si te interesa saber más de este tema, te recomendamos el documental Microbirth: