Si eres intolerante a la lactosa, no puedes consumir una gran variedad de alimentos porque te pueden causar molestias en la digestión. Pero si creías que todos los tipos de queso están fuera de la lista, no es así. Existe una variedad de opciones que puedes disfrutar sin ningún problema. 

Una regla básica para consumir queso es que entre más fresco sea, contiene mucha más lactosa. Debes evitar por completo variedades como ricota y cottage. El azúcar es el primer componente de la lactosa, lo cual hace que sea mucho más difícil que lo digieras. Por ello, los quesos añejos son la opción, ya que tienen menos azúcar y son más fáciles de digerir. 

De acuerdo con Steve Carper, experto en intolerancia a la lactosa, hay nueve quesos que contienen 5 gramos de azúcar por porción, lo cual quiere decir que tienen de 2 a 3 gramos de lactosa. Por ejemplo, la leche entera tiene alrededor de 4.8% de lactosa, y por eso consumirla es una pésima idea para los intolerantes. 

• Queso muenster: 0-1.1% de lactosa. 
• Camembert: 0-1.8% de lactosa. 
• Brie: 0-2% de lactosa. 
• Cheddar: 0-2.1% de lactosa. 
• Provolone: 0-1.2% de lactosa. 
• Gouda: 0-2.2% de lactosa. 
• Azul: 0-2.5% de lactosa. 
• Parmesano: 0-3.2% de lactosa. 
• Suizo: 0-3.4% de lactosa. 

Si eres intolerante a la lactosa puedes intentar probar este tipo de quesos, pero recuerda siempre hacerle caso a tu cuerpo. Si simplemente no la toleras, es mejor que te abstengas, ya que podría causarte inflamación y problemas digestivos. 

Con información de Cooking Light