Una vez que brincas la pubertad y ya te instalaste cómodamente en la adultez, esperarías que ya no aparezcan barritos en medio de tu cara, ¿verdad? Desafortunadamente puede ocurrir, sin importar que hayas dejado muy, muy atrás la adolescencia.
Desde el Hospital Houston Methodist explican que el acné es una condición común que afecta a adolescentes y adultos jóvenes. A veces, el problema puede continuar o incluso comenzar en la edad adulta, a lo cual se le llama acné adulto y aunque éste puede afectar tanto a hombres como a mujeres, muchas más mujeres sufren de acné adulto, aunque en los varones suele ser más grave.
El acné se debe a que la piel produce demasiado sebo (grasa) que, junto con las células muertas de la piel, obstruye los poros, lo que los convierte en el lugar perfecto para el crecimiento de bacterias.
Las hormonas, los antecedentes familiares y las condiciones de salud subyacentes pueden influir en el desarrollo del acné. También puede ser un efecto secundario de tomar ciertos medicamentos. La mala higiene no es la causante del acné, aunque comer ciertos alimentos y fumar pueden empeorarlo.
Es común que algunas mujeres experimenten acné a los 30, 40 y 50 años por primera vez, sin haberlo tenido nunca durante la adolescencia. Esto se conoce como acné de inicio en la edad adulta. Algunas causas pueden ser la menstruación, el embarazo, el uso de píldoras anticonceptivas o la menopausia.
Según la Asociación de la Academia Estadounidense de Dermatología, las fluctuaciones hormonales son las principales causantes de estos brotes. Dichas fluctuaciones aumentan la cantidad de sebo producido en tu piel.
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