La prevención es esencial en el cuidado de la salud; por ello es importante agendar revisiones médicas periódicas, con el fin de saber que todo funciona correctamente en el organismo y detectar a tiempo los problemas que surjan.
En el caso de las mujeres, la revisión ginecológica es vital, ya que ayuda a detectar de manera oportuna infecciones, enfermedades de transmisión sexual y cáncer cervicouterino o mamario, para darles un adecuado tratamiento y así preservar la salud sexual y reproductiva.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, alrededor del 30% de los casos de cáncer de mama y cervicoutrerino se pueden prevenir y tratar a tiempo, gracias a las visitas regulares al ginecólogo.
Lo ideal sería que las mujeres empiecen sus citas ginecológicas a partir de la primera menstruación, que suele ocurrir alrededor de los 12 años. Sin embargo, la mayoría visitan por primera vez a este especialista hasta que inician su vida sexual o incluso hasta que tienen algún problema o molestia, o cuando sospechan que están embarazadas.
Lo mejor es acudir al ginecólogo tan pronto como sea posible, con el fin de descartar cualquier problema que no cause síntomas y para recibir la asesoría adecuada en la elección del método anticonceptivo ideal para cada mujer.
Es recomendable acudir cada año para realizar los exámenes básicos, como el Papanicolau, que ayuda a detectar el cáncer cervicouterino; la prueba para detectar el Virus del Papiloma Humano (VPH); y la colposcopía, en la que se revisa el cuello uterino en busca de lesiones o áreas anormales.
Además, a partir de los 30 años, se debe realizar anualmente un ultrasonido mamario. Y de los 40 en adelante es necesaria una mastografía anual, la cual consiste en una radiografía de las glándulas mamarias. Ambos estudios tienen el objetivo de detectar y prevenir el cáncer de mama.
Independientemente de estas visitas de rutina, no dejes de ir al ginecólogo si tienes alguna molestia, si detectas cambios en tu periodo, sangrado fuera del periodo menstrual, flujo fuera de lo normal, mal olor, dolor o irritación en la zona vaginal. Todo esto puede ser indicio de que algo no funciona adecuadamente.
Esta rutina de prevención en la salud reproductiva femenina inicia con la pubertad y concluye con la menopausia. Los exámenes ginecológicos son necesarios durante todos estos años, e incluso es recomendable continuarlos unos 3 años después de la menopausia.
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