Dormir bien es fundamental para el bienestar físico y mental, ya que el sueño le da al cuerpo el descanso que necesita para regenerarse y estar listo para el día siguiente. Además, al dormir le das a tu mente la posibilidad de desconectarse y despejarse para resolver mejor las cosas.
Sin embargo, en ocasiones hay circunstancias que te impiden conciliar el sueño, ya sea por estrés, malos hábitos alimenticios, consumo de sustancias como la cafeína o el alcohol —que afectan los ciclos de sueño—, o por cosas tan simples como no estar en tu propia cama.
Si este es tu caso y sólo puedes dormir bien si estás en tu cama, cuando tus actividades requieren que viajes frecuentemente puedes acabar agotado debido a la falta de un descanso adecuado.
Estos consejos pueden ayudarte a caer en los brazos de Morfeo, ya sea que estés o no en tu cama.
Si sigues una rutina cada noche antes de dormir, es importante que la sigas en el lugar en que te encuentres. Lleva la piyama más cómoda que tengas y que vaya de acuerdo con la temperatura del lugar que vas a visitar; además, cena algo ligero como lo harías en tu casa, evita la cafeína, apaga la luz y cierra las cortinas para evitar filtraciones de luz.
Si ya sabes que se te dificulta dormir en camas que no son la tuya, puedes tomar un baño relajante (aprovecha la tina del hotel y sumérgete en agua tibia). Otras alternativas son tomar un té relajante, practicar yoga o meditar, para que tu mente esté descansada. También puedes leer un poco y poner música suave para que te sea más fácil conciliar el sueño.
Evita llevarte los problemas a la cama. Olvídate aunque sea por un rato de las preocupaciones, los pendientes y todo lo que te estrese. Recuerda que estás de viaje, así que enfócate en disfrutar lo bueno que hay en ese lugar que visitas.
Las habitaciones de los hoteles suelen tener aire acondicionado y/o calefacción, según el clima del lugar en el que se encuentran. Los expertos recomiendan una temperatura de alrededor de 20 grados centígrados para dormir bien.
Así que ajusta la temperatura en este rango, de modo que sea agradable para ti. De ser necesario, desactiva el aire para que no te dé frío en la madrugada.
Uno de los peores hábitos nocturnos es usar celulares, tablets o computadoras en la cama. Además de que la luz de su pantalla cansa tu vista y hace que el cerebro se confunda por el exceso de luz, es muy fácil que los 15 minutos que ibas a dedicar para revisar tus redes sociales se conviertan en 3 horas.
Así que mejor mantenlos lejos cuando llegue la hora de dormir. Y si vas a ver la tele, prográmala para que se apague en unos 30 minutos, para que tampoco “te piques” con la programación y te dé insomnio.
Cuando ya estés en la cama con la luz apagada, concéntrate en la respiración para que puedas dormir más fácil y rápidamente. Una técnica que te puede servir es la de 4-7-8. Inspira para que el aire entre a tus pulmones durante 4 segundos, mantenlo durante 7 segundos y expira lentamente para dejarlo salir a lo largo de 8 segundos. Repite esta rutina al menos tres veces, y verás que te sientes más relajado.