Es bien sabido que el estrés crónico tiene un impacto negativo en la salud, el estado de ánimo y los niveles de energía; y de acuerdo con una reciente investigación, publicada en la revista SSM-Population Health 1, el estrés afecta a tal grado al cuerpo, que incluso puede aumentar el riesgo de mortalidad por cáncer.
Para realizar el estudio, los investigadores observaron el impacto que tiene a lo largo del tiempo la "carga alostática", que es como se conoce al conjunto de efectos acumulativos que tiene el estrés crónico en el cuerpo. Con esto, los científicos buscaban alguna conexión entre la carga alostática y el riesgo de morir de cáncer.
Para ello, el equipo realizó un análisis de los datos existentes de más de 41,000 personas que habían participado en la Encuesta Nacional de Examen de Salud y Nutrición, entre los años 1988 y 2019.
La encuesta incluía información sobre la presión arterial, los marcadores inflamatorios y otras métricas de salud de las personas, las cuales indicaban su carga alostática general. Luego, los investigadores observaron el Índice Nacional de Muerte para averiguar cuántos de los encuestados habían muerto de cáncer.
Después de tener en cuenta variables como el nivel socioeconómico, la raza y la edad, los investigadores encontraron que tener una carga alostática alta aumentaba significativamente la probabilidad de que los participantes murieran de cáncer. Específicamente, encontraron que las personas con altos niveles de estrés tenían 2.4 veces más probabilidades de morir de cáncer, respecto a aquellos con cargas alostáticas bajas.
Además, encontraron indicios de que la carga alostática aumenta a medida que envejecemos, pues las personas de 40 años en adelante tenían un riesgo 100% mayor de carga alostática alta en comparación con los menores de 30 años. Por otro lado, al tener en cuenta la edad, aquellos con una carga alostática alta aún tenían un 28% más de riesgo de morir de cáncer.
"Eso significa que entre dos personas de la misma edad, si una de ellas tuviera una carga alostática alta, tendría un 28% más de probabilidades de morir de cáncer", explicó el coautor del estudio, Justin Xavier Moore, a través de un comunicado de prensa.
Otras variables, como la raza y el nivel socioeconómico, también entraron en juego en los hallazgos, y Moore señaló que esto se debe a los factores de estrés sistémicos que afectan de manera desproporcionada a las personas de color y la población de estratos socioeconómicos bajos.
"La conclusión es que los entornos en los que vivimos, trabajamos y nos desenvolvemos, donde eres recompensado por trabajar más y, a veces, visto como débil por tomarte tiempo para ti mismo, nos lleva a tener un alto nivel de estrés, que a su vez puede conducir al desarrollo de cáncer, así como a un aumento de la morbilidad y la mortalidad", aseguró Moore.
Lo que podemos rescatar de esta información es que el estrés es un problema que debe tomarse en serio en nuestra sociedad, pues cada vez son más las personas afectadas por el mismo, ante el acelerado estilo de vida y la obligación que se nos ha impuesto para ser constantemente productivos y multifuncionales.
Por esta razón, necesitamos transformarnos hacia una cultura que permita más descanso y recuperación, donde el bienestar de las personas esté por encima de las expectativas sociales.
Mientras se logra ese cambio social, en el plano individual todos podríamos beneficiarnos y tener un mayor bienestar, al agregar más herramientas para combatir el estrés en nuestra vida diaria.
Dichas herramientas pueden consistir en recurrir al apoyo y guía de un profesional de la salud mental; apoyarnos en ejercicios de mindfulness y relajación, como el yoga o la meditación; practicar actividad física regularmente y tratar de pasar más tiempo al aire libre, en contacto con la naturaleza; y al incluir en nuestra rutina diaria actividades que nos ayuden a liberar la tensión, que nos hagan sentir bien y relajarnos.
Y tú, ¿qué haces para combatir el estrés?
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