La osteoartritis, también conocida como artrosis, es la forma más común de artritis y afecta a millones de personas en todo el mundo. Se caracteriza por el desgaste gradual del cartílago, el tejido que cubre los extremos de los huesos en las articulaciones. 

A medida que el cartílago se desgasta, no es capaz de actuar eficazmente como amortiguador entre los huesos, lo que eventualmente puede llevar a que los huesos rocen entre sí, causando dolor, rigidez, inflamación y posibles deformidades articulares. 

En México, la osteoartritis es una de las 10 causas más frecuentes de discapacidad. Por lo general, afecta a las personas mayores, en especial a aquellas que tienen antecedentes familiares, padecen obesidad o presentan lesiones previas. Aunque puede presentarse en cualquier articulación, es más común en las manos, rodillas, cadera y columna.

Causas de la osteoartritis

La probabilidad de desarrollar osteoartritis aumenta con la edad, debido al desgaste natural de las articulaciones a lo largo del tiempo. Por otro lado, los factores genéticos pueden predisponer a algunas personas a una mayor probabilidad de desarrollarla, por lo que si tienes familiares con esta condición, debes poner más atención en llevar a cabo las medidas preventivas.

Las lesiones previas en las articulaciones, como las fracturas o los desgarros de ligamentos, pueden aumentar el riesgo de osteoartritis, al igual que las actividades que implican movimientos repetitivos o estrés sobre las articulaciones.

Por otro lado, el sobrepeso incrementa la presión sobre las articulaciones de carga, como las rodillas y las caderas, acelerando el desgaste del cartílago.

Síntomas de la osteoartritis

- Dolor articular, que generalmente se agrava durante o después del movimiento.

- Rigidez, que resulta especialmente notable al despertar por la mañana o después de estar inactivo.

- Pérdida de flexibilidad, con la consecuente dificultad para mover la articulación a través de su rango completo de movimiento.

- Sensación de crujido o sonido de roce cuando se mueve la articulación.

- Inflamación alrededor de la articulación afectada.

Debido a los síntomas que ocasiona, la osteoartritis puede tener un impacto significativo en la calidad de vida. El dolor y la rigidez pueden dificultar la realización de actividades diarias, como caminar, subir escaleras o incluso vestirse. Además, puede llevar a un estilo de vida más sedentario, aumentando el riesgo de obesidad y las complicaciones asociadas con esta condición.

No existe cura para la osteoartritis pero es posible controlar los síntomas administrando analgésicos y antiinflamatorios, además de terapias de frío y calor en la articulación afectada. También es útil y recomendable mantener un estilo de vida saludable, un peso adecuado y realizar actividad física diaria para mejorar la fuerza muscular y el movimiento de las articulaciones.

Prevención de la osteoartritis

Aunque no todos los factores que causan la osteoartritis pueden ser controlados (como la genética y la edad), hay varias estrategias para reducir el riesgo:

- Mantener un peso saludable: Reducir la carga sobre las articulaciones, especialmente las rodillas y caderas, puede disminuir el riesgo de desgaste del cartílago.
 

- Ejercicio regular: La actividad física fortalece los músculos alrededor de las articulaciones y puede ayudar a mantener la movilidad. Evitar actividades de alto impacto que sobrecarguen las articulaciones.
 

- Dieta equilibrada: Consumir una dieta rica en antioxidantes (frutas y verduras), omega-3 (pescados grasos) y calcio (lácteos o sus alternativas) puede ayudar a mantener la salud de las articulaciones y el cartílago.
 

- Proteger las articulaciones: Evitar movimientos que sobrecarguen las articulaciones y usar equipo de protección cuando sea necesario.
 

- Consultar regularmente al médico: Esto es especialmente importante si se tienen síntomas o antecedentes familiares de osteoartritis.

La osteoartritis es una enfermedad crónica que puede limitar significativamente la vida diaria de una persona, pero con el manejo adecuado y las estrategias de prevención, es posible minimizar su impacto. Mantener un estilo de vida saludable y activo es clave para prevenir la aparición de osteoartritis y para gestionar efectivamente los síntomas en caso de que ocurra.