La etapa del posparto es, sin duda, un sube y baja: la caída considerable de estrógenos cuando nace tu bebé, la pérdida de peso excesiva por la lactancia o, por otro lado, la dificultad para perder el peso que ganaste durante el embarazo, las emociones que cambian y todo lo que conlleva aprender día a día a ser madre y cuidar de tu hijo.

Para algunas mujeres, esto es algo fácil, pero para otras puede costar un poco de trabajo, o mucho trabajo; pero lo cierto es que tu cuerpo es una maravilla y debes recordar que fue capaz de crear vida, por lo que antes que todo, mantener la paciencia es primordial.

Durante el posparto, puede ser que sientas un poco de estrés porque no regresas a tu peso de inmediato; esto puede ser más común si no le das pecho a tu bebé, pero con una dieta balanceada y los nutrientes necesarios, verás que pronto todo regresará a la normalidad.

Las siguientes recomendaciones te pueden ayudar a vivir esta etapa de mejor manera y a disfrutar realmente de ella.

Nunca te compares

Compararte con los demás –en cualquier ámbito– es sumamente dañino. No esperes ser como esas mamás de Instagram que parece que todo lo tienen resuelto, o como tu amiga que recuperó su peso en 1 mes. Todo mundo tiene su tiempo, y así como tú tuviste un embarazo diferente a las demás, así también será tu posparto. Agradece cada día por todo lo que tu cuerpo hizo para ti y tu bebé y no le impongas estándares inalcanzables.

Ten una red de apoyo

El posparto es un periodo en el que necesitas de tus seres queridos sí o sí, y si tienes amigas que estén en el mismo momento puede ser muy bueno, pues entre ustedes se pueden apoyar. Hablar de todo lo que sientes en estos momentos es crucial para tener una buena salud mental; incluso, si quieres asistir a terapia, mucho mejor. Recuerda que una mamá feliz es equivalente a un bebé feliz; ellos son capaces de percibir todo.

Si estas en periodo de lactancia, no es momento para dietas

Por más que quieras regresar a tener ese abdomen plano o perder el peso del embarazo, no es un buen momento para ponerte a dieta. Ahora bien, tampoco es el tiempo ideal para comer “por dos”, como antiguamente se pensaba.

Durante el periodo de lactancia puedes llegar a perder mucho peso, esto le pasa a muchas mujeres. Pero aquí lo importante es que lleves una buena alimentación; con alimentos de calidad y nutrientes. Porque recuerda que, así como en el embarazo, ahora tu bebé obtiene todo lo que necesita de la leche materna.

Sigue con tus citas médicas posparto

Esto es esencial para que veas cómo va el progreso de tu cuerpo. También es superimportante que sigas con tus vitaminas prenatales, que deben incluir todas las vitaminas que necesitan tú y tu bebé: zinc, hierro, yodo, calcio, vitamina A, C, D, E, biotina, etcétera. Tu médico podrá decirte cuáles son las que necesitas. Si es necesario, también puedes hacerte estudios de sangre para ver cómo se encuentra todo.

La caída de cabello es real, no pasa nada

Esto es algo que muchas mamás primerizas temen. El cabello sí se te va a caer, pero también puedes contrarrestar eso de diferentes maneras. Por ejemplo, incluir colágeno en tu dieta, cortarte un poco el cabello para que el peso no contribuya a la caída (es un buen momento para renovar tu look) y consumir alimentos ricos en nutrientes.

Regresa a la actividad física de forma paulatina

A algunas mujeres se les dice que pueden regresar a su actividad física a las 6 semanas; en realidad, depende mucho de si fue parto natural o por cesárea. Sin embargo, esto no quiere decir que ya vayas a correr un maratón. Dale tiempo a tu cuerpo; no hay prisa, y es mucho mejor que lleves las cosas de manera calmada para que no te lastimes. Puedes comenzar con clases de yoga, ejercicios hipopresivos para tu abdomen, pilates o algo más relajado y de bajo impacto.

Procura relajarte y tener tiempo para ti

Suena a una locura: ¿tener tiempo para relajarte con un bebé recién nacido? Pero sí es posible. Puede ser que sientas esa necesidad de querer hacer todo tú: el trabajo, las cosas de la casa, el bebé, ejercicio, etcétera. Pero la realidad es que también necesitas aunque sea unos 20 minutos al día para ti. Solamente para hacer algo que a ti te relaje: ir a caminar, leer un poco, dormir, meditar o lo que tú quieras. Aprende a pedir ayuda; eso no quiere decir que seas mala madre.

Agradece cada día por esta experiencia

Sí, ser mamá primeriza puede ser todo un caos al principio, pero recuerda que lo único constante en esta vida es el cambio. Poco a poco te acostumbrarás a la nueva vida; las sonrisas de tu bebé a las 4 de la mañana te harán sonreír también, tendrás lágrimas de cansancio, muchas alegrías con tu pequeño y, sobre todo, cada día podrás ver cómo creaste vida desde cero y comprenderás que eres capaz de eso y mucho más.

Recuerda que antes de ser mamá eres una mujer con sueños, ilusiones, planes. No olvides que para que tu bebé sea feliz tú también debes ser feliz y seguir con esas metas, pero ahora con un hijo a tu lado. Él se convertirá en un motivador diario para ser esa mejor versión de ti misma.