Para algunas madres la lactancia puede ser un momento de estrés o de preocupación porque no pueden darle a su bebé leche materna. Antes que nada, debes tener en cuenta que siempre y cuando tu bebé esté sano, no importa si pudiste o no darle pecho. Pero si sí, podrás ver que existe un gran número de beneficios.
La leche materna provee una nutrición óptima para los bebés. Tiene la cantidad adecuada de nutrientes y es digerida muy fácilmente. Sin embargo, en algunas ocasiones puede ser que la madre necesite regresar a trabajar, que no haya un agarre correcto por parte del bebé o cualquier otro problema que impida la lactancia, ¡pero no desesperes!
Hay muchas personas especializadas en este tema, que apoyan a la madre desde antes para que esté lista. Si puedes localizar a un experto, seguramente te ayudarán e incluso, si tienes que ir a trabajar, puedes crear un banco de leche.
La leche materna proporciona la nutrición ideal para los bebés. Tiene una mezcla casi perfecta de vitaminas, proteínas y grasas, todo lo que tu bebé necesita para crecer. Y todo se proporciona en una forma más fácil de digerir que la fórmula infantil.
Contiene anticuerpos que ayudan a tu bebé a combatir los virus y las bacterias. Asimismo, ayuda a reducir el riesgo de padecer alergias. Además, los bebés que se alimentan exclusivamente con leche materna durante los primeros 6 meses, sin ninguna fórmula, tienen menos infecciones de oído, enfermedades respiratorias y ataques de diarrea. También tienen menos hospitalizaciones y viajes al médico.
La lactancia materna se ha relacionado con un mayor coeficiente intelectual en la infancia tardía en algunos estudios. Además, la cercanía física, el contacto piel a piel y el contacto visual ayudan a que el bebé establezca un vínculo contigo y se sienta seguro. Los bebés amamantados tienen más probabilidades de ganar la cantidad adecuada de peso a medida que crecen, en lugar de convertirse en niños con sobrepeso.
Seguramente te preocupa regresar a tu peso de antes del embarazo, y la lactancia te ayudará a perder todo ese peso mucho más rápido. Incluso perderás un poco más del que tenías antes de tu bebé. Pero siempre debes vitaminarte adecuadamente para que no pierdas nutrientes. La lactancia también reduce el riesgo de cáncer de mama y de ovario, así como de osteoporosis.
Es muy importante que comas adecuadamente, no “por dos” como era la creencia antigua, pero sí tomar tus vitaminas prenatales, llevar una dieta rica en nutrientes, ejercitarte levemente y tener un buen estado físico y mental para que tu bebé y tú puedan obtener todos los beneficios.
Es muy probable que sufras de pérdida de cabello, pero no te preocupes, esto es un proceso natural de tu cuerpo por la baja considerable de estrógeno después del parto. Consulta con tu médico qué puedes tomar, pero se recomienda que además de tus vitaminas te suplementes con colágeno.
La realidad es que la leche materna, además de contener una gran cantidad de nutrientes para tu bebé, también es un conducto de información. Es decir, a través de ella viajan hormonas, por ejemplo, la melatonina que se secreta más en las noches y ayudará a que tu pequeño sepa distinguir el día de la noche.
También es importante que cuides de tus emociones; claro, eres humana, pero eso también se secreta en la leche. Si tienes un enojo muy fuerte, tu cuerpo generará adrenalina, lo cual puede no ser beneficioso para tu bebé.
El periodo de lactancia puede ser realmente una bendición para muchas madres y sus bebés y es, sin duda, un momento maravilloso para fortalecer el vínculo con tu hijo. Seguramente te lo agradecerá de por vida.