El embarazo es una de las etapas más importantes de la vida. Para quienes sueñan con tener hijos es muy emotivo y, a la par, se definen diversos aspectos de salud para el bebé. En la actualidad existe mucha información para llevar un embarazo y parto saludables; la alimentación es uno de los factores más importantes para lograrlo.
Cuando los profesionales de la salud hablan de llevar una buena dieta previa al embarazo se refieren a la correcta elección de los alimentos, que junto con una suplementación personalizada para la madre puedan garantizar el crecimiento y desarrollo adecuado del feto y futuro bebé. El término que engloba la preparación en la alimentación previa al embarazo se llama nutrición preconcepción.
Marien Garza, miembro del Consejo Consultor de Nutriólogos de Herbalife Nutrition, explica que la nutrición y el estilo de vida saludable se asocian con una mayor probabilidad de concebir, es decir, "el vínculo dieta correcta con una mayor fertilidad, está latente".
Aunque aún se requiere más evidencia científica y más poblaciones de estudio a este respecto, "las investigaciones actuales reflejan que una mayor ingesta de fruta, una ingesta mínima de comida rápida y bebidas endulzadas con azúcar y una dieta con alimentos de carga glucémica baja, pueden ayudar a mantenerte sana durante elembarazo".
Además, la especialista indica que la correcta nutrición preconcepción se relaciona con la prevención de la mayoría de las fallas reproductivas, el resultado positivo del embarazo e incluso a la salud futura del bebé.
La genética, el medioambiente, el estilo de vida, el nivel de actividad física, el estrés o la exposición a sustancias tóxicas son algunas de las variables a considerar, pues influyen directamente en la nutrición de la mujer que planea embarazarse. Es por ello que la recomendación general es que los cambios saludables se inicien de 3 meses a 1 año antes de concebir.
Desde la década de 1990, por recomendaciones internacionales de los Institutos de Salud y de la Organización Mundial de la Salud (OMS), previo al embarazo la mujer debe llevar una dieta adecuada y además consumir, a través de suplementación, ciertas vitaminas y minerales cuyos niveles no se alcanzan a cubrir en su totalidad con la ingesta diaria de alimentos. La especialista señala que hay dos nutrimentos que no pueden faltar en la nutrición preconcepción: ácido fólico y calcio.
El ácido fólico es un mineral esencial para prevenir defectos cardiacos y defectos del tubo neural del feto. "Generalmente se recomienda una suplementación de 0.4 mg de ácido fólico por día y otras vitaminas y minerales relacionados con la nutrición en el embarazo, como hierro y vitamina B12". El inicio de la suplementación se debe dar cuando la mujer ya tiene vida sexual activa. Las verduras de hoja verde oscuro (espinaca, acelgas) y las leguminosas (frijoles o soya) son una muy buena fuente de este nutrimento.
El calcio también es muy importante. La ingesta diaria de calcio recomendada para la mujer en edad reproductiva puede ir desde los 1000 a los 1300 mg diariamente. La especialista en nutrición explica que "el calcio es vital para formar dientes y huesos fuertes, la coagulación sanguínea normal y la función muscular y nerviosa correcta, tanto de la madre como del embrión".
Garza advierte que si la estructura ósea no se construye correctamente previo al embarazo y el calcio no forma parte de la dieta habitual en una mujer embarazada, puede ocurrir la degradación de los huesos maternos a medida que se extraiga calcio de su esqueleto durante el embarazo.
Las buenas fuentes de calcio incluyen lácteos (leche, queso, yogurt descremado), verduras verdes, almendras, frijoles, sardinas y tortillas nixtamalizadas. Un multivitamínico prenatal diario puede ayudar a obtener estos nutrimentos clave.
La planeación y los ajustes en los hábitos alimenticios se asocian con una preparación holística preconcepción: comer bien, una suplementación personalizada, hacer ejercicio y descansar serán puntos clave para esta etapa.