La epilepsia es una enfermedad cerebral crónica que afecta a personas de todo el mundo y se caracteriza por convulsiones recurrentes. La Orgnización Mundial de Salud describe estas convulsiones como episodios breves de movimientos involuntarios que pueden afectar a una parte del cuerpo (convulsiones parciales) o a su totalidad (convulsiones generalizadas) y a veces se acompañan de pérdida de la conciencia y del control de los esfínteres.
Las personas con epilepsia responden al tratamiento en aproximadamente un 70% de los casos, así que es posible tener una vida normal y plena cuando se tiene esta condición. En el caso de las mujeres, puede parecer riesgoso tener un embarazo si se padece epilepsia, pero tienen las posibilidades a su favor. Si bien la mayoría de las mujeres con esta enfermedad tienen bebés sanos, es posible que necesiten atención especial durante el embarazo. Los especialistas de Clínica Mayo aclaran las dudas más comunes sobre la relación entre embarazo y epilepsia.
Algunos medicamentos que se utilizan contra las convulsiones pueden aumentar el riesgo de infertilidad o pueden reducir la eficacia de los métodos anticonceptivos hormonales.
Las convulsiones durante el embarazo pueden provocar disminución de la frecuencia cardíaca fetal, menor oxigenación del feto, lesión fetal, separación prematura de la placenta del útero (desprendimiento de la placenta) o aborto espontáneo por traumatismo (como una caída, durante una convulsión), así como trabajo de parto prematuro o nacimiento prematuro.
El cuerpo de cada mujer reacciona de manera diferente durante el embarazo. La mayoría de las embarazadas que tienen epilepsia siguen con convulsiones, pero algunas las tienen con menor frecuencia. En el caso de otras mujeres, en especial aquellas que no duermen lo suficiente o que no toman los medicamentos recetados, durante el embarazo aumentan las convulsiones.
Los medicamentos que tomas durante el embarazo pueden afectar a tu bebé. Los defectos congénitos (entre ellos, el paladar hendido, el defecto del tubo neural o las anomalías esqueléticas, así como los defectos congénitos en las vías urinarias y el corazón) son algunos posibles efectos secundarios asociados a los medicamentos anticonvulsivos. Al parecer, el riesgo aumenta con las dosis más altas y si tomas más de un anticonvulsivo.
Si no sufriste una convulsión durante los 9 meses antes de concebir, es menos probable que se presenten durante el embarazo. Si no tuviste una convulsión de 2 a 4 años antes, podrías reducir gradualmente los medicamentos antes de embarazarte y ver si continúas sin convulsiones.
Además de los efectos de los medicamentos, los bebés cuyas madres tienen epilepsia también tienen riesgo de sufrir convulsiones en su vida.
Antes del embarazo, acude con el médico que estará a cargo de tu embarazo. Además, es recomendable consultar a tu médico familiar o al neurólogo. Ellos evaluarán qué tan bien controlas la epilepsia y tendrán en cuenta cualquier cambio en el tratamiento que tengas que hacer antes de comenzar con el embarazo.
Los especialistas de la Clínica Mayo recomiendan mantener un estilo de vida saludable. Lleva una dieta sana, toma vitaminas prenatales, duerme lo suficiente, no fumes, no tomes alcohol ni consumas cafeína.
Durante el embarazo, consultarás a tu médico con frecuencia y es posible que debas hacerte diversos análisis de sangre para supervisar el nivel del medicamento. Si tomas medicamentos anticonvulsivos, tu médico podría recomendarte suplementos orales de vitamina K durante el último mes de embarazo para prevenir problemas de sangrado en el bebé después del parto.
El médico controlará la salud de tu bebé a lo largo del embarazo. Es probable que debas hacerte ecografías frecuentes para hacer un seguimiento de su desarrollo. El médico también podría indicarte otras pruebas prenatales.
La mayoría de las mujeres embarazadas que tienen epilepsia viven el parto sin complicaciones, y a veces incluso pueden utilizar los mismos métodos de alivio del dolor que usan otras mujeres durante el trabajo de parto y el parto.
No suele haber convulsiones durante el trabajo de parto, pero en el caso de que ocurrieran se pueden detener con un medicamento intravenoso. Si la convulsión es prolongada, el médico podría optar por un parto por cesárea.
Si tienes convulsiones frecuentes durante el tercer trimestre, es más probable que tengas una convulsión durante el parto. El médico analizará contigo cuál es el mejor método para evitar un mayor riesgo de convulsiones durante el parto.
A la mayoría de las mujeres con epilepsia se les recomienda amamantar, aun a las que toman medicamentos anticonvulsivos. Habla con tu médico con anticipación sobre los ajustes que deberás hacer.
Es posible que te recomiende tomar el medicamento después de alimentar a tu bebé. A veces, se aconseja cambiar el medicamento.