Si ya te decidiste a empezar a hacer ejercicio, la fuerza de voluntad para mantener el hábito de la actividad física diaria es muy importante, pero no lo es todo. Muchas veces el frío de la mañana, el sol intenso, el cansancio después de la oficina o la aparente falta de tiempo te harán saltarte el entrenamiento, así que también tienes que confiar en la ciencia para cumplir tus metas.
Una forma de animarte al hacer ejercicio es escuchar música, incluso desde antes de iniciar tu rutina, ya que te ayudará a combatir la pereza y el cansancio que te impiden ponerte tus tenis y salir a la calle o irte al gimnasio.
El equipo detrás del desarrollo de los audífonos deportivos inalámbricos Jaybird Tarah se dio a la tarea de recopilar las razones científicas para hacer ejercicio con música, para que te convenzas y empieces a armar tu lista de reproducción con las canciones que más te motiven para entrenar todos los días.
La dopamina es considerada la hormona de la felicidad y el placer. En diversas investigaciones científicas se ha comprobado que en algunas partes del cerebro se producen reacciones físicas al percibir la música favorita de la persona. Por eso, algunas canciones tienen el efecto de ponerte de buenas, porque estimulan la producción de dopamina.
Lo más notorio de un estudio realizado por el Instituto Neurológico de Montreal es que la liberación de dopamina incluso aparece en otra parte del cerebro 10 o 15 segundos antes del pico, con la anticipación de que viene la parte favorita de la canción.
Esto se relaciona con el punto anterior, porque cuando escuchas la música que más te gusta, tu cerebro libera dopamina y eso hace que tu humor mejore. Pero eso no es todo.
Otros estudios han demostrado que, lejos de lo que podría pensarse, incluso la música triste puede ayudar a mejorar el humor de una persona que se siente mal. Gustavo Cerati cantaba “pones canciones tristes para sentirte mejor”. Y sí, la música reduce la tensión, la fatiga y la confusión, y en el deporte te ayuda a mejorar la disposición y el ánimo pera ejercitarte.
En diversos estudios científicos se ha comprobado que la música reduce hasta en un 10% la percepción del esfuerzo realizado. Es decir, si escuchas música mientras haces ejercicio, lo harás con más fuerza, sin notarlo. Por ejemplo, si corres, en cuanto suene tu “power song” aumentarás la velocidad en automático, aunque ya sientas algo de cansancio.
Esto se debe a que la música, como estímulo externo, puede bloquear los estímulos internos que quieren llegar al cerebro, como la fatiga muscular. Al bloquear esos mensajes, tu cuerpo siente que se ha esforzado menos y puede correr más lejos y más rápido, o realizar un esfuerzo extra para terminar la rutina a pesar del cansancio.
Hay corredores asociadores y disociadores. Los primeros se enfocan en señales internas como la respiración, el ritmo cardiaco o la tensión muscular, y suelen ser atletas profesionales; en cambio la mayoría de los corredores son disociadores, aquellos que buscan distracciones durante el ejercicio para no aburrirse o para no agobiarse con el esfuerzo. Para estos últimos, la música es la mejor forma de desviar la atención del esfuerzo realizado, del cansancio y el dolor.
Como ha demostrado la ciencia, correr con música tiene muchos beneficios. Esto no quiere decir que hacerlo sin música tenga efectos negativos, pero para las personas que necesitan incentivos adicionales para hacer ejercicio, disfrutar del ritmo de la música es un aliciente adicional.
Para que puedas escuchar tus canciones favoritas mientras te ejercitas, lo más cómodo es usar unos audífonos inalámbricos, ya que te dan libertad de movimiento y evitan los enredos y atorones que podrían ocasionar los cables. Si además de ser inalámbricos son resistentes al sudor, mucho mejor, ya que te durarán más tiempo.
Y si buscas algo de música para motivarte en tus entrenamientos, checa la lista relacionada con esta nota en el canal de Spotify de Harmonía, y si tienes sugerencias sobre canciones para agregar, compártelas en los comentarios:
Con información de Logitech