El éxito es una meta que muchas personas buscan alcanzar. Sin embargo, para que sea un éxito real, debe ser duradero y no sólo un momento de satisfacción que se difumina rápidamente; pero, ¿cómo hacer que perdure?

Para lograr el éxito sostenible, primero debes tener claro que existe una delgada línea entre alcanzar tus metas y hacer que esos logros se mantengan a través del tiempo. Una vez que lo tengas claro, los siguientes son algunos de los principales puntos necesarios para lograrlo.

Claridad mental

No puedes pretender sobresalir cuando tienes una mente confusa y desordenada. Así que primero debes tener muy claro lo que quieres, cuáles son tus objetivos e, idealmente, establecer tiempos para desarrollarlos y cumplirlos, de modo que cada paso te acerque cada vez un poco más a tus metas mayores. 

Además, es importante que en cada momento te concentres en lo que está frente a ti, en vez de tratar de hacer varias cosas a la vez, de preocuparte por lo que harás después o de perder el tiempo con lamentos sobre lo que no hiciste en el pasado; recuerda, el momento es hoy y debes estar presente en al aquí y ahora. 

También es necesario que dejes de compararte con otros; recuerda que la vida, los anhelos y las circunstancias de cada persona son diferentes, así que cada uno debe llevar su camino a su paso. Por eso, no te preocupes si el de enfrente logró algo antes que tú o si el de al lado cambió de rumbo, enfócate en tu camino y recórrelo a tu propio ritmo.

Visualiza tu éxito

Se dice que atraes aquello en lo que más enfocas tus pensamientos; entonces, es hora de centrarlos en el éxito que deseas alcanzar y en los objetivos que debes lograr para ello. Imagina cómo quieres que sea tu éxito, porque entonces lo harás realidad. 

Haz un ejercicio de visualización en el que involucres todos tus tus sentidos. Crea en tu mente el escenario en el que alcanzas tus metas y logras el éxito anhelado, y siente como si lo vivieras en este momento: ¿Qué ves? ¿Qué escuchas? ¿Cómo se siente? ¿A qué huele y a qué sabe tu éxito? 

De esta manera usarás todos tus sentidos para crear ese sentimiento positivo y la atmósfera que necesitas para visualizarte en él, como si ya lo tuvieras aquí. 

Otro punto importante para esta práctica de visualización es recordar los logros que hasta ahora has tenido y que te han acercado a esa gran meta del éxito. Recrea en tu mente las sensaciones de esos buenos momentos, y al hacerlo te invadirá una sensación de confianza y seguridad, que te hará sentir que sí puedes hacerlo, que eres capaz de superar los nuevos retos y lograr tus nuevos objetivos. 

Preparación constante

Aunque es cierto que una parte importante para alcanzar el éxito se encuentra en las habilidades que posees, a veces de forma innata, también es muy importante no quedarte sólo con ellas. Debes hacer todo lo necesario para mejorar esas habilidades, tanto con teoría como con práctica. 

Así que procura mantenerte actualizado y aprender cosas nuevas que se relacionen con lo que haces y lo que quieres lograr: toma cursos, inscríbete a clases en línea, ve videos y tutoriales que te sirvan, asiste a charlas y conferencias sobre el tema, en fin, todo lo que esté a tu alcance para mejorar será una herramienta de crecimiento. 

Ten presente que aunque el talento natural puede ayudarte a llegar a la cima, se necesita un trabajo constante para que ese éxito realmente dure. Y el trabajo de preparación nunca se termina, pues deberás seguir con él incluso una vez que hayas logrado el éxito, para así poder mantenerlo. En pocas palabras: nunca dejes de aprender.

Asume el compromiso

El compromiso es parte esencial del éxito, pues debes tener la dedicación, determinación y disciplina para hacer todo lo necesario que te conduzca hacia tus metas. De nada sirve soñar, decretar ni visualizar, si no te pones a trabajar con constancia para hacer esos anhelos realidad. 

Así que pon el alma y el corazón en lo que hagas; asume el compromiso contigo y con tu éxito, y haz que sea un compromiso duradero, que se extienda a través de los días, semanas, meses y años. Los resultados provienen de la dedicación continua y diaria, pues no hay atajos para alcanzar el éxito; sólo el trabajo duro y el compromiso pueden dar resultados. 

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