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5 lecciones espirituales que puedes aprender de tu perro

Julio 20, 2022

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¿Qué vas a aprender con esta nota?

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  • Lecciones de vida que nos dan los perros

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Los perros son maestros en crear un espacio emocionalmente seguro solo por ser ellos mismos… es como si algo en lo profundo de nuestras almas resuena con su energía, su amor incondicional e inquebrantable y su alegría desenfrenada por estar en nuestra presencia, su lealtad y confianza total en nosotros . Los perros nos hacen sentir especiales y nos enseñan con el ejemplo a saborear los placeres simples y a vivir totalmente en el momento.

Val Silver

 

Desde hace miles de años, las personas se han hecho acompañar por animales domésticos y han compartido el techo y la vida con ellos. 

 

Durante mucho tiempo se creyó que los animales de compañía traían suerte y por eso se les llamó mascotas, del francés 'mascotte' que significa amuleto o talismán. Las personas creían que sus mascotas los protegían contra las malas energías y les ayudaban durante los trances difíciles. 

 

A pesar de ser una mera superstición, lo cierto es que, si sabemos prestar atención, veremos que los animales nos dan lecciones constantemente, por lo que incluso es posible considerarlos como verdaderos maestros espirituales

 

Los perros, por ejemplo, son curiosos y juguetones, y encuentran la felicidad en cosas tan sencillas como una pelota, una manta calentita, una caricia, un charco o hasta una botella vacía que pueden aventar y mordisquear. 

 

Esto es algo muy valioso que los humanos deberíamos analizar en nuestra búsqueda de la felicidad, que cada vez se complica más porque se suele buscar en las cosas materiales, más que en las experiencias y las relaciones.

 

Por eso, aquí te decimos algunas de las cosas que deberíamos aprender de nuestras mascotas, en especial de los perros, para nuestro crecimiento espiritual y para encontrar la verdadera felicidad.

 

1. Los perros no conocen el rencor

No importa cuánto te enojes con tu perro, él nunca dejará de amarte incondicionalmente ni se enojará contigo de vuelta. Siempre que lo busques estará dispuesto a jugar y acompañarte. Nadie entiende el concepto de incondicionalidad como un perro, y eso es algo que, sin duda, deberíamos aprender de ellos.

 

2. Son los seres más perseverantes 

Si tu perro quiere jugar contigo o alcanzar el bote de las galletas, o si quiere apapachos y caricias, ten por seguro que tarde o temprano lo conseguirá. Las mascotas no se rinden y no se dejan amedrentar por los obstáculos. Si desean algo —y ese algo casi siempre está relacionado con tu atención— encuentran la forma de conseguirlo. ¡Aprendamos eso!

 

3. Nos enseñan a ser pacientes

Amar a un perro tiene mucho que ver con la capacidad para desarrollar la paciencia; educarlos, limpiarlos, atenderlos y cuidar de ellos día con día son verdaderas pruebas de carácter y son una enorme responsabilidad. Con todo esto, una mascota te prepara emocionalmente para amar y ser amado mejor que nada en el mundo. No sólo aprendes a cuidar y a esperar, sino a ser compasivo y a esforzarte por ser comprendido y comprender al otro.

 

4. Saben vivir el momento presente

Los perros no depositan su felicidad en el futuro, a diferencia de las personas, que solemos pensar cosas como: "Seré feliz después de (graduarme, independizarme, tener un buen trabajo, comprar mi propia casa, casarme, tener hijos… y un largo etcétera)". Para los perros no hay condicionantes ni requisitos específicos para la felicidad; ellos aprovechan el momento y disfrutan de los diferentes instantes sin tener nada más en su mente que eso que se encuentran viviendo. 

 

Las personas deberíamos aprender a vivir con esa capacidad de atención plena como filosofía, para así poder disfrutar de la felicidad en cada momento, dondequiera que se pueda, sin importar lo que pasó ayer ni lo que pasará mañana o más tarde.

 

5. Son felices con quienes son y con lo que tienen

A un perro no le importa si eres rico o pobre, gordo o flaco, atractivo o poco agraciado, ni le importa tener una cama costosa o un simple tapete donde recostarse, para él, lo más valioso es tu compañía, seas como seas, tengas lo que tengas y te veas como te veas. Tu perro te ama como eres y es feliz por el simple hecho de tenerte a su lado.

 

Por otro lado, los perros no se dejan ir abajo por sus “limitaciones”; por ejemplo, hay perros con discapacidades que disfrutan de la vida tanto a más que aquellos cuyo cuerpo está completo y funciona normalmente. ¿Por qué? Por la simple razón de que en su mente no existen los prejuicios

 

Por ejemplo, un perro que necesita una prótesis o un carrito para poder caminar, no sabe que eso lo hace diferente a los demás, no sabe que eso se considera una limitante en el mundo humano, sino que camina, corre y juega como cualquier otro perro, porque puede hacerlo con los recursos que tiene disponibles. 

 

Y esta es una de las lecciones más valiosas que los canes nos enseñan: a ser felices y disfrutar de la vida, independientemente de cómo somos, cómo nos vemos y de lo que tenemos o lo que nos hace falta.

 

No cabe duda de que si todas las personas nos esforzáramos un poco por ser tan buenos y generosos como nuestras mascotas creen que somos y si aprendiéramos a vivir la vida con una dosis de filosofía perruna, el mundo sería muy distinto, seguramente mucho mejor. ¿Por qué no intentarlo?

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