Meditar es algo muy recomendable para encontrar el equilibrio, relajarte, liberar el estrés, aliviar la ansiedad, serenar tu mente, conocerte y comprenderte mejor. Sin embargo, no a todas las personas se les facilita enfocar su mente y apartar sus pensamientos.
Si ese es tu caso, si sientes que la meditación no es tanto para ti y si además amas el chocolate, ¿qué te parecería probar una meditación acompañada de tu chocolate favorito?
En su nuevo libro, Mindfulness for Chocolate Lovers, la terapeuta Diane R. Gehart propone meditar al enfocarse en los momentos dulces de la vida, como cuando disfrutas tu golosina favorita.
Para realizar esta meditación, lo que necesitas es conseguir una barra de tu chocolate preferido, y si es oscuro y libre de azúcar, mucho mejor.
Colócate en un lugar donde no haya interrupciones y siéntate en una posición cómoda. Toma tu chocolate envuelto y obsérvalo con atención, como si nunca antes lo hubieras visto. Pon atención en lo siguiente:
Ahora, desenvuélvelo y escucha el sonido que emite mientras lo haces. Luego, pon atención a lo siguiente:
Luego, acércalo a tu boca, pero no lo muerdas todavía. Observa tus reacciones:
Enseguida, dale un pequeño mordisco y deja que se derrita en tu lengua. Recorre el trozo de chocolate lentamente con tu lengua y hazlo rodar por tu boca para que su sabor se impregne en todo su interior. Ahora concéntrate en lo siguiente:
Cuando termines, sólo siéntate en silencio por un momento para reflexionar sobre tu experiencia de comer ese postre que tanto te gusta.
Esta pequeña práctica de atención plena te ayudará a conectar más con el momento presente, y no necesariamente tienes que hacerla con un chocolate, pues puede ser con cualquier cosa que disfrutes comer o hacer.
El punto está en que hagas cada paso conscientemente y enseñes a tu mente y a todos tus sentidos a enfocarse en el aquí y ahora. Esto te ayudará a enfocar tu mente si la meditación no es tu fuerte.
Además, así aprenderás a disfrutar más de todas las cosas, no sólo de lo que puedes comer sino de cada momento y cada experiencia, por sencilla que sea.
Lao Tse, un antiguo pensador taoísta que vivió hace más de 3 mil años, enseñó que no es necesario viajar a lugares lejanos o practicar rituales especiales para encontrar alegría y paz, porque éstas siempre están aquí en el momento presente.
En este sentido, muchas personas encuentran que la meditación del chocolate subraya conmovedoramente la verdad en la sabiduría taoísta: cuando disminuyes la velocidad hasta el momento presente, surge una sensación natural de tranquilidad y paz. La tentadora emoción y los dramas relacionados del mundo exterior nublan el estado inherente de bienestar que surge cuando callamos la charla interna.
Esta meditación te invita a enfocar tu atención de manera diferente a lo que normalmente haces, y al hacerlo, encuentras que la esencia de lo que finalmente buscas está aquí, justo frente a ti. Entonces te das cuenta de que la felicidad no necesariamente está en las grandes y complicadas cosas, sino en los detalles más simples.
Con información de mindbodygreen