Superluna de sangre y de lobo, con eclipse incluido. Suena místico y será también una realidad la noche de este 20 de enero, cuando será posible admirar la combinación de esos tres fenómenos en nuestro satélite.

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Es una ocasión especial a nivel astronómico y, como siempre en estos casos, también a nivel energético. Si no has encontrado suficiente impulso para darle vida a los propósitos que definiste en Año Nuevo, esta puede ser una gran oportunidad para centrarte, ya con más calma y menos fiesta, y activar lo que necesitas.

Debes saber que la Luna está vinculada con lo femenino. Esto no quiere decir que si eres hombre no puedas recibir su energía: acuérdate de que todos somos dualidad. Cuando logras que tu parte emocional e intuitiva se equilibre con la racional, asociada con la energía solar o masculina, tu potencial para entender y gozar la vida se detona.

Lo que sucede en un eclipse lunar es precisamente ese juego entre la luz que recibe la Luna del Sol y la oscuridad que por algunos momentos reina en el satélite. Si eso que pasa en el macrocosmos lo haces resonante a tu microcosmos, lo que hay es una ventana energética para pausar el dominio de tu lado racional, solar, sobre tus emociones, lo lunar.

El ejercicio es sencillo. Simplemente pregúntate por qué elegiste esos propósitos en Año Nuevo. Hazlo sin argumentos, es decir, no busques las razones sino el beneficio emocional de lograrlos.

Si alguno de ellos no tuviera una motivación emocional o intuitiva además de una racional, ese podría ser el origen de que aún no le hayas dedicado suficiente esfuerzo o determinación para emprenderlo o consolidarlo. No es que tengas que borrarlo de tu lista, solamente que entiendas qué te ha faltado y si en verdad quieres lograrlo.