¿Te has preguntado por qué esa asana en tu clase de yoga te da tanto miedo? Tu cuerpo almacena miedos, traumas y en general emociones que se estancan cuando no las expresas. Por eso, puede que en algunas posturas te sientas incómodo o quieras irte y odies al maestro.
Ahí, justo en ese momento en que comiences a sentirte incómodo, es cuando tienes que seguir en la asana y no darte por vencido. En el instante en que te relajes, respires y dejes que tu cuerpo supere los miedos acumulados, vas a soltar y sentir los cambios.
Cuando una asana te daba mucho miedo y ya la puedes hacer después de dos o tres clases, te das cuenta de que todo reside en ti y puedes canalizar esa fuerza interior en todo lo que hagas.
Muchas posturas y herramientas del yoga te pueden ayudar a sentirte mejor contigo mismo. Aquí tienes algunas de ellas para mejorar tu autoconfianza.
Ustrasana (postura del camello)
Es una de las asanas en donde tu corazón se expone más que nunca, ya que la idea es que tu pecho se abra hacia el cielo. Recuerda que si tienes algún problema en cervicales o espalda, es mejor que lo hagas a tu propio ritmo o hasta donde llegue tu cuerpo.
1. Coloca tus rodillas sobre tu tapete abiertas a lo ancho de tus caderas.
2. Tu torso debe estar recto, con la pelvis alineada.
3. Puedes llevar las palmas de tus manos hacia tu espalda baja y tratar de juntar tus omóplatos lo más posible.
4. Haz un pequeño arco con tu columna y si te es posible, puedes llevar tus manos hacia los tobillos o talones.
5. Mantén de tres a cinco respiraciones.
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Virabhadrasana II (guerrero II)
A las asanas del guerrero se les relaciona con la fuerza interna y el derribar los obstáculos. La acción de mirar hacia los dedos de tu mano de enfrente es como si vieras hacia el más allá, hacia lo desconocido sin tener miedo alguno.
1. Párate derecho con las piernas estiradas, las caderas separadas y los brazos a los lados.
2. Ahora, abre bien las piernas.
3. Gira tu pie derecho hacia el lado derecho de la alfombra.
4. Tu otro pie debe girar hacia adentro para formar un ángulo de 45 grados.
5. Mantén tu cuerpo siempre en el centro y mira hacia el frente.
6. Lleva tu rodilla derecha a un ángulo de 90 grados; asegúrate de que la rodilla no pase tu dedo gordo del pie. Gira tu cuello y mira hacia esa mano.
7. Tus brazos deben mantenerse estirados y bien firmes.
8. Mantén de cinco a 10 respiraciones y repite del otro lado.
Utkatasana (postura de la silla)
Esta asana no solamente trabajará con la fuerza de tus piernas y brazos sino que también tiene un impacto en tu diafragma y tu corazón. Es una postura de fuerza y voluntad.
1. Párate derecho con los pies separados a lo ancho de tu cadera.
2. Inhala y levanta los brazos. Mantenlos de forma paralela con las palmas de las manos en dirección una hacia la otra.
3. Exhala y flexiona tus rodillas, como si quisieras hacer una sentadilla.
4. Tus rodillas no deben pasar los dedos de tus pies y debes mantener tu pelvis hacia enfrente.
5. Mantén de cinco a 10 respiraciones.
Mudra de loto
Imagínate una hermosa flor de loto que se abre. Este mudra te recuerda que toda esa maravillosa energía de apertura está dentro de ti. Este mudra no solamente te ayuda a abrir el corazón sino que activa tu chakra de la corona, la conexión al universo.
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Simhasana
Este tipo de respiración no sólo eliminará todo el estrés acumulado e incluso el aire que ya no sirve en tus pulmones; también será tu mejor aliado para sacar la fuerza interna. Literal, rugirás como un león y podrás sentir ese poder interno.
1. Siéntate sobre tus rodillas y pon tus palmas sobre ellas.
2. Inhala profundamente con tu boca cerrada.
3. Exhala mientras sacas la lengua y miras hacia tu tercer ojo.
Aromaterapia
Para trabajar con tu autoestima necesitas aromas que te den equilibrio y vitalidad. En este caso puedes optar por bergamota, pues te hará sentir más positivo y con energía. Colócalo en un difusor, en un dije de aromaterapia o en tu piel para llevar el aroma contigo.
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