Tener mal aliento es uno de los temores más frecuentes, casi una pesadilla. A esta condición se le llama halitosis y tiene diversas causas. Además de la deficiente higiene bucal, el mal aliento puede indicar problemas en el intestino, los senos nasales e, incluso, el torrente sanguíneo. Incluso se pueden analizar muestras de aliento para realizar diagnósticos formales de problemas de salud.
Una condición que puede afectar el mal aliento es la diabetes mellitus. En este trastorno metabólico la glucosa no puede acceder a las celulas del cuerpo para proporcionarle energía, por lo que en ciertos casos se requiere la administración de insulina. Cuando no existe una dosis adecuada de esta o hay presencia de infección, la respuesta del cuerpo es descomponer las grasas en compuestos llamados cetonas para que actúen como una forma rápida de combustible. Esta condición grave se conoce como cetoacidosis diabética.
Las cetonas tienen un olor muy peculiar. Cuando se acumulan en el torrente sanguíneo, se difunden fácilmente en el aliento, dándole un olor afrutado. Además de la diabetes, algunas dietas que se basan en generar cetonas pueden provocar este olor en el aliento. Métodos como la dieta Atkins obligan al cuerpo en convertir la grasa en energía restringiendo los carbohidratos.
En otras dietas basadas en los mismos principios, como el ayuno intermitente 5:2, ocurre lo mismo. En esta se restringen los alimentos dos días a la semana para reducir significativamente el consumo de calorías y hacer que el cuerpo produzca cetonas. Las dietas mencionadas son las favoritas para la pérdida de peso, pero los efectos secundarios pueden ser desalentadores. El mal aliento es uno de los efectos secundarios más notorios.
Las bacterias y su crecimiento excesivo son otra de las causas comunes del mal aliento. La higiene bucal juega un papel muy importante para el control de este mal. Las bacterias se esconden, crece y se pudren en la boca, especialmente en áreas difíciles de limpiar o lugares fuera del alcance como en la parte de atrás de la boca y la garganta.
Pero en ocasiones la higiene no es suficiente. En algunos pacientes se puede desarrollar una condición llamada bolsa faríngea, que se forma en la parte posterior de la garganta, medicamente llamada faringe. En esta se pueden acumular los alimentos y los líquidos, que al fermentarse provocan un aliento con olor acre.
Las bacterias también pueden desencadenar infecciones en la boca, como amigdalitis y abscesos dentales donde los tejidos se inflaman o desarrollan purulencia (producción de pus). El pus es una colección de diferentes células muertas, incluidas bacterias, y también puede desprender un olor pútrido. La sinusitis, que es una infección de las cavidades llenas de aire del cráneo, también puede gotear secreciones infectadas malolientes en la garganta, que provocan mal aliento.
Cuando no se trata de un problema que requiera una visita médica para un diagnóstico correcto, puedes tomar algunas acciones para evitar el mal aliento y cuidar tu salud bucal. En ocasiones hay medidas simples que pueden funcionar muy bien:
- La ingesta regular de líquidos puede ayudar, pues la boca seca puede provocar mal aliento. Así que asegúrate de beber suficiente agua.
- Una correcta higiene bucal es de gran importancia. Esto implica cepillarse los dientes, la lengua y usar hilo dental entre los dientes para eliminar bacterias, así como controles periódicos con el dentista.
- El enjuague bucal puede ser una solución temporal eficaz y el correcto puede ayudarte a reducir el número de bacterias que provocan el mal olor.
- Hay pruebas de que una dieta rica en verduras de hojas verdes podría ser incluso mejor para contrarrestar el mal aliento.
- Fumar es otra posible causa subyacente de la halitosis. Entonces, si quieres un aliento más dulce, abandona los cigarrillos: otra buena razón más para dejar de fumar.
Con información de BBC