La piel es el órgano más grande del cuerpo y tiene uno de los roles más importantes: la protección. Este gran órgano protege de enfermedades, lesiones y regula la temperatura del cuerpo. La mayoría de las personas ha sufrido resequedad en la piel, algunas en mayor cantidad.
La salud de tu piel se mide con la escala del pH – potencial de hidrógeno – y puede inclinarse hacia la acidez o la alcalinidad. El pH se mide en una escala del 0 al 14, 0 es más ácido y 14 más alcalino; una piel normal debe permanecer entre 5 y 5.7 y cuando el pH es muy alcalino, la piel se vuelve muy sensible y seca.
Los jabones de barra y otros productos limpiadores suelen tener un pH mayor a 8, lo que causa una sensación de limpieza total, pero puede ser muy agresivo, ya que elimina los aceites naturales de la piel, lo cual provoca resequedad y aspecto escamoso. Además, esto puede causar que las líneas de expresión y arrugas aparezcan tempranamente, dando como resultado un aspecto avejentado.
Alternativas al jabón
Los geles corporales de ducha protegen y refuerzan la barrera natural de la piel sensible, restituyen la elasticidad de la piel y calman la piel irritada. Existen opciones como el gel corporal para ducha con extracto glicólico de avena, D-pantenol y extracto de sábila para limpiar sin eliminar el manto ácido de la piel, que es la capa protectora de aceites, ácidos grasos y aminoácidos.
La ventaja de utilizar una opción como esta es que el pH de tu piel se mantiene en 5 para mantenerla balanceada y sin cambios abruptos que puedan afectar más adelante.
Al terminar tu ducha es recomendable:
Además, para el cuidado de la piel es importante:
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