No sé si te has percatado, pero la palabra ”estrés” ya es tan común en nuestro vocabulario que no le prestamos la atención que merece. De hecho, no nos damos cuenta hasta que afectamos nuestro organismo y nos enfermamos…

¡Sobre todo al estómago! ¿Por qué? Es sencillo: el estrés genera una serie de cambios en nuestro metabolismo que alteran por completo nuestro sistema digestivo y provocan que tengamos una mala calidad de vida.

Para que me entiendas mejor: el estómago necesita suficiente sangre para bombear los nutrientes necesarios para que trabaje nuestro cerebro, y lo que hace el estrés es evitar que llegue esta orden del mismo cerebro debido a las hormonas generadas por este mismo estadó.

De esta manera el estrés provoca que tengas un aumento en el apetito, te sientas más inflamada, te estriñas o tengas ruidos intestinales, que además de ser incomodísimos, afectando tu salud.

Para que esto no te suceda, he aquí 4 consejos que pueden ayudarte a manejar el estrés:

1.   Meditación y respiración: A veces con el estrés hasta... ¡se nos olvida respirar! Para que esto no te suceda, toma una gran bocanada de aire por la boca y lentamente exhala por la nariz, de tal manera que te concentres en el ruido de tu respiración.

2.  Haz ejercicio: El que más te guste; esto obligará a tu organismo a liberar endorfinas, que te generan una sensación de tranquilidad,  y además, a desconectarte un rato de todas tus preocupaciones

3.  Consume alimentos con serotonina: Como el yogurt que, además de tener probióticos que mejoran tu digestión, te ayuda a controlar las emociones y generarte una sensación de felicidad.

4.  Duerme a tus horas: De 6 a 8 horas de sueño es lo que tu cuerpo necesita para recuperar energía que gastas por tus actividades; mejor aún si haces también pequeñas siestas de 20 minutos.