Si quieres ser un emprendedor y un líder exitoso, primero tienes que ser una persona exitosa. Preparada, madura, amable, bondadosa, segura de sí misma, trabajadora y mucho más. Por eso, intenta identificar si tienes actitudes tóxicas y elimínalas de una vez por todas. Sigue el consejo de Anita Roddick: "Sé especial. Sé todo menos mediocre".
En el poderoso librito Los cuatro acuerdos, don Miguel Ruiz habla de la importancia de no tomarse nada personalmente. Enseño esto en mis programas de coaching y en mi libro Breakdown, Breakthrough también, y hay mucho avance. "De verdad, Kathy, ¿no te tomas nada personalmente?".
Las personas son tóxicas para estar cerca de ellas cuando creen que todo lo que sucede en la vida es un ataque directo contra ellas o de alguna manera se trata de ellas. La realidad es que lo que la gente dice y hace por ti dice mucho más acerca de ellos que de ti.
Las reacciones de la gente hacia ti tienen que ver con sus filtros y sus perspectivas, heridas y experiencias. Si la gente piensa que eres sorprendente o si creen que eres el peor, de nuevo, se trata más de ellos. Tampoco digo que deberíamos ser narcisistas e ignorar todos los comentarios.
Estoy diciendo que tanto dolor, desilusión y tristeza en nuestras vidas provienen de tomar las cosas en forma personal, cuando es mucho más productivo y saludable dejar de lado la buena o mala opinión de los demás sobre ti y operar con tu propio corazón, intuición y la sabiduría como tu guía. Entonces sí, no te tomes nada personalmente.
Es muy difícil estar cerca de individuos que no pueden o no quieren dejar de lado la negatividad, cuando no se detienen y hablan incesantemente sobre las cosas terribles que pueden pasar y que han sucedido, los desaires que han sufrido y la injusticia de la vida. Estas personas obstinadamente se niegan a ver el lado positivo de la vida y las lecciones positivas de lo que está ocurriendo.
El pesimismo es una cosa, pero permanecer perpetuamente encerrado en pensamientos negativos es otra. Sólo ver lo negativo y operar desde la perspectiva de que todo es negativo y está en tu contra es una manera sesgada de pensar y vivir, y tú puedes cambiar eso. Si te sientes así, lee este artículo sobre qué hacer cuando estás triste.
Otro comportamiento tóxico es la queja sin parar, que alimenta la sensación de victimización. Creer que eres una víctima, que no tienes poder para ejercer y ninguna influencia en la dirección de tu vida, es una postura tóxica que te mantiene estancado y pequeño.
Cuando dejes de lloriquear y te niegues a verte como una desventurada víctima del destino, el azar o la discriminación, entonces descubrirás que eres más poderoso de lo que creías, pero sólo si eliges aceptar esa realidad.
Uno de los comportamientos más tóxicos y dañinos, la crueldad, proviene de una falta total de empatía, preocupación o compasión por los demás. Lo vemos todos los días en línea y en los medios de comunicación: las personas son devastadoramente crueles y destructivas con los demás sólo porque pueden. Derriban a la gente en línea, pero de una manera cobarde, utilizando su anonimato como arma.
La crueldad, las puñaladas por la espalda y destrozar a alguien en pedazos es tóxico, y te duele tanto como a tu objetivo. Si te descubres traicionando y derribando a alguien más, detente. Profundiza y encuentra compasión en tu corazón, y date cuenta de que todos somos iguales.
La incapacidad de controlar las emociones es tóxica para todos los que te rodean. Todos conocemos a estos individuos, hombres y mujeres que explotan por el menor problema. Gritarle al cajero del banco por la línea larga, gritarle a tu asistente por el error del informe de poder que cometió, o perder la cabeza con tu hijo por derramar leche en el piso.
Si te das cuenta de que eres demasiado reactivo y pierdes la cabeza en todo momento, necesitas ayuda externa para ayudarte a controlar tus emociones y comprender cuál es la raíz de tu emotividad. Hay más de lo que aparece en la superficie. Una perspectiva externa, y un nuevo tipo de apoyo, son fundamentales.
Finalmente, las personas que luchan constantemente por la validación y la autoestima, obsesionándose con la consecución de medidas externas de éxito, son agotadoras. Aquellos hombres y mujeres que se ven atrapados en la necesidad de demostrar su valía una y otra vez, y constantemente quieren "ganar" a sus colegas o compañeros, son tóxicos y agotadores.