Aunque probablemente el mundo no necesite más comportamiento macho alfa de parte de los seres humanos, los científicos han aprendido a activar este comportamiento alterando los circuitos del cerebro de ratones. Con esto han encontrado las "raíces del comportamiento biológico dominante".
Los ratones intervenidos lograron escalar la pirámide social luego de que se activaron mecanismos en la región dorsal media del córtex prefrontal, la cual regula las interacciones sociales y las decisiones de ser sumiso o asertivo. Cuando este circuito fue artificialmente estimulado, los ratones se volvieron más perseverantes, más motivados, más insistentes.
Como puede verse en el video, activar este circuito convierte a los ratones en animados luchadores, como si fueran jugadores de rugby:
Particularmente, lo que define a este comportamiento "macho alfa" es la competitividad, un deseo de ganar a toda costa. En el caso de los ratones esto les permitió escalar socialmente, cosechando el "efecto del ganador", incluso cuando ya no estaban bajo el efecto de la estimulación.
Los autores del experimento notan que circuitos similares existen en el cerebro humano y que sus descubrimientos podrían tener diversas aplicaciones, particularmente en los deportistas, que podrían estimular estas regiones previamente a un encuentro. Esto podría hacerse sin una estimulación neural (los científicos utilizaron una técnica llamada optogenética, basada en fotoestimulación), solamente con jugar un videojuego para tener "la experiencia del ganador".