Aunque el término "Tríada Oscura" suena un tanto siniestro, se refiere a tres rasgos de personalidad: narcisismo, psicopatía y maquiavelismo, caracterizados por malevolencia o negatividad, de ahí el calificativo de "oscuro".
El término fue creado en 2002 por los psicólogos Delroy Paulhus y Kevin M. Williams, de la Universidad de Columbia Británica, luego de que realizaran un estudio relacionado precisamente con estos tres tipos de personalidad.
Esta clasificación que se da a los llamados tipos oscuros de personalidad no busca estigmatizar ni ser insultante, sino dar claridad sobre estas personalidades que presentan dificultad para relacionarse con los demás y cuyo sentido de sí mismos está desalineado con los códigos morales prevalecientes, ya que suelen carecer de empatía y son muy egoístas y/o manipuladores.
Es importante destacar que los rasgos de la tríada oscura son similares a otros rasgos de personalidad, de modo que toda persona posee algún nivel de narcisismo, psicopatía y maquiavelismo, y el problema viene cuando alguno de estos rasgos presenta un nivel elevado y es el que domina la personalidad.
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Para comprender mejor a las personas que demuestran estos rasgos y para aprender cómo interactuar mejor con ellos, aquí te explicamos los principales rasgos que las caracterizan, así como algunas recomendaciones si debes relacionarte con alguien así en tu vida cotidiana.
Los narcisistas tienden a mejorarse a sí mismos; tienen una fuerte motivación para mantener una imagen positiva, atractiva o exitosa ante las demás personas, por lo mismo, son más propensos que las otras dos personalidades de la tríada a defender su imagen o reputación de manera muy agresiva, incluso al dar respuesta a comentarios relativamente menores y que para cualquier otra persona podrían carecer de importancia.
Debido a que las personas narcisistas tienen una admiración extrema por sí mismas, es probable que la conversación con ellas se centre en sus éxitos: físicos, profesionales, financieros, etcétera; son esas personas que no paran de hablar de sí mismas, e incluso cuando les buscas para hablar de algo que te sucede o preocupa, aprovechan la oportunidad para hablar de algo relacionado con ellos mismos.
Los psicópatas tienen una capacidad mucho mayor para actuar de manera agresiva o cruel con otras personas o seres vivos, puesto que carecen de la aversión natural a dañar a los demás que las personas suelen tener. Por esta razón, los psicópatas son mucho más propensos no sólo a agredir físicamente, sino también a intimidar, amenazar, burlarse y vengarse de los demás.
Las personas con tendencias psicópatas también parecen imprudentes o descuidadas, porque les gusta correr riesgos y no tienen inhibiciones cautelosas, por lo que tienden a romper las reglas o cambiarlas a su favor.
La psicopatía puede compartir mucho con las tendencias narcisistas. Sin embargo, su naturaleza explotadora lo distingue de los otros rasgos de personalidad de la tríada oscura. De acuerdo con los expertos, la psicopatía se reduce al egoísmo despiadado junto con la audacia interpersonal.
Las personas particularmente altas en maquiavelismo, a diferencia de otros rasgos, son planificadores tácticos. No están motivados por la emoción o el placer, sino por lograr sus objetivos, mediante una manipulación que ejercen a largo plazo y que no es fortuita, sino parte de un cuidado plan.
Los maquiavélicos destilan duplicidad y pragmatismo. Sus metas y el camino hacia ellas son lo que realmente les importa y no las personas en su vida. Son menos impulsivos que los psicópatas, por ejemplo, pero es mucho más probable que hagan trampa, roben, mientan o realicen algo ilegal cuando es por su propio interés y beneficio, en especial cuando hay poco riesgo de que los atrapen.
Aunque la mayoría de las personas, por principios, ética y moral, se abstendría de realizar esas actividades negativas mencionadas, los maquiavélicos son capaces de realizarlas siempre que les sirva a sus intereses y si al hacerlo pueden salirse con la suya para lograr sus objetivos.
En primer lugar, es importante tomar en cuenta que, de acuerdo con las afirmaciones de los expertos en psicología, los rasgos de personalidad que conforman la tríada oscura son relativamente estables y consistentes, por lo que es poco probable que cualquier intento de cambiar o persuadir a un narcisista, maquiavélico o psicópata para que actúe de manera diferente tenga éxito. Así que no debes tratar de cambiarlos, sino aprender a lidiar y sobrellevarlos.
En el caso de los narcisistas, son personas que necesitan constante refuerzo y aprobación, pues necesitan confirmar que están actuando bien, que lucen bien y que en general, lo que hacen, dicen y piensan está bien. Además, reaccionan de forma agresiva ante cualquier desaire a su imagen o reputación.
Por ello, para lidiar con un narcicista, si bien no es necesario recurrir a los halagos directos ni adularlos falsamente, es recomendable minimizar el conflicto al evitar enmarcar cualquier crítica o comentario como un fracaso personal, para evitar herir su vanidad.
Cuando trates con un maquiavélico, debes ser muy escéptico a lo que te diga, pues es muy probable que esté mintiendo o exagerando las cosas en busca de manipularte y así lograr lo que sea que busque. Por ello, es mejor no discutir, darle por su lado, evitar caer en su juego de manipulación y corroborar la información de lo que diga con otras fuentes más confiables.
Si te encuentras con un psicópata, lo mejor es evitarlo tanto como sea posible. Debido a su mayor tendencia a la agresión en todos los niveles y a su falta de empatía, compasión y remordimiento, es la personalidad más difícil y peligrosa de las tres. Por lo tanto, la evasión es el mejor camino –siempre y cuando no se trate de una persona cercana a la cual puedas simplemente sacar de tu vida–, pues en casos extremos, el abuso físico o mental puede ser uno de los muchos resultados nocivos para tu bienestar.
Si convives de manera cercana con un narcisista, maquiavélico o psicópata y no te es posible cortar el contacto con esa persona (porque es tu hijo, por ejemplo), lo mejor es que busques la ayuda de un terapeuta o psicólogo que pueda ayudarte a establecer y mantener límites saludables.