Hubo un tiempo en el cual decir que era constelador familiar, era una de las cosas más divertidas, interesantes y enriquecedoras que podía pasarme en la vida, hablar de la profundidad, visión y forma en la cual se creaban las lealtades familiares era algo que disfrutaba mucho hablar.
Después, llegó un tiempo en el cual ya no quería hablar de lo mismo; en parte era porque todos se creían expertos en el tema, mucha gente empezó a estudiar constelaciones familiares, debido a que en muy poco tiempo se crearon muchas escuelas, incluyendo una que abrió el mismo creador de las constelaciones y a la cual, como psicólogo, no dejo de juzgar.
Es importante mencionar que para formarme como constelador familiar estudié 2 años, de los cuales, uno fue dedicado a cambiar mi forma de pensar: del pensamiento lineal al pensamiento sistémico, cosa que en general no es sencilla, ya que implica cambiar tu visión del mundo y cómo te aproximas a él. Después de eso, hoy en día tengo más de 16 años de experiencia como constelador familiar.
Para todos aquellos que no lo saben, las constelaciones familiares, o CF como las nombraré a partir de este punto, son una técnica desarrollada por el alemán Bert Hellinger, y se conocen por dos razones generalmente, la primera es que son polémicas y la segunda es que en general ayudan a acomodar temas que durante años de terapia se mantienen sin cambio alguno.
En un principio yo no iba a estudiar psicología; lo que yo conocía de la carrera era el psicoanálisis, ya que mi mamá había estudiado eso y para nada era algo que me llamara la atención. Sin embargo, desde la primera vez que fui a un taller de CF quedé impresionado; lo que me impresionó primero fue la facilidad de la gente para tocar con temas delicados en su vida y poder acomodarlos de forma tranquila y casi sin resistencia.
En esa técnica se tocaban las emociones de una forma que nunca había visto y eso me ayudó a ver que mi pasión de vida iba por ese camino.
Empezar a notar que eres una persona que está conectada a una historia familiar no es fácil. Estamos tan acostumbrados a pensar de manera individual, que muchas veces nos olvidamos de que la forma en la que hemos sobrevivido como especie es a partir de la manada (familia le llamamos los humanos). Por lo tanto, tiene lógica que de alguna forma existan un montón de patrones que ayuden a la supervivencia de la misma.
Lo que las CF hacen es leer estos patrones y ayudarte a soltar aquellos que interfieren hoy con la vida que quieres lograr. Como en todo, no es que esos patrones sean malos, pero a veces limitan nuestra experiencia o estorban en lo que queremos lograr, por lo que es importante aprender a soltarlos para hacer algo distinto con nuestra vida.
Algunas cosas que he visto que se logran con la técnica de CF son que, por ejemplo, las personas que tenían problemas de dinero muy arraigados pudieran aprender a administrarlo; personas que no podían conseguir posibles parejas, se abrieran y conocieran gente; o personas con síntomas que a veces reciben la etiqueta de idiopáticos (de causa desconocida), también han logrado superarlos con esta técnica; e incluso se ha visto que ayuda con la curación de algunas enfermedades crónicas.
Si bien esto último no se ha estudiado de forma profunda, sí se ha notado de forma empírica que, al acompañar con esta técnica, se logra que los síntomas sean más leves.
La segunda cosa que me impresionó es lo que se siente al estar en un proceso de constelaciones; y precisamente eso es lo que las hace polémicas, ya que cuando estás como representante de alguien durante las sesiones, a tu cuerpo le llegan sensaciones, sentimientos e incluso dolores físicos de la persona a la que representas.
Este fenómeno hace que la técnica sea impresionante, pero también ayuda a dar blanco a un montón de explicaciones que le restan valor, pues por su forma irracional de operar, la hacen difícil de procesar; con estas explicaciones, la resistencia a la técnica se hace mayor. Por ejemplo, yo he escuchado desde explicaciones espirituales hasta aproximaciones científicas no bien elaboradas, lo que entonces genera resistencia a esta técnica.
Todo esto crea un terreno fértil para que la gente con prejuicios y que no se dedica a hacer un estudio más profundo de las CF las convierta en algo “poco serio” o incluso “charlatán” a los ojos de algunos psicólogos.
Lo que he observado es que una vez que se dejan a un lado los prejuicios, es posible entrar en la técnica real y empezar a notar cómo lo que miras toca con tu historia de vida, e incluso observar cómo trabajos de personas desconocidas ayudan a acomodar tu propia historia familiar.
Si aún no has probado ir a un taller de constelaciones familiares, te lo recomiendo ampliamente; si ya fuiste y no te gustó, te recomiendo que busques a alguien que haya estudiado al menos 2 años la técnica y que tenga algún tiempo de práctica en la misma, porque la experiencia lo cambia todo. Y si de plano eres de los que descalifican las CF, me encantaría saber tus dudas o ideas para poder acompañarte a que veas que quizás no son lo que crees que son.
Espero que esta información te sirva y, a partir de ahora, mi equipo y yo, que es como mi familia, estaremos escribiendo por aquí de forma periódica. Así que nos leeremos pronto.
Texto escrito por Fabio Valdés Farrugia, de Evolución Terapéutica.
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