Personalidades como Benjamin  Franklin o Bill Gates, entre muchas otras, han empleado este método para mejorar su inteligencia y creatividad. Se trata de algo muy sencillo que a veces se conoce como "la regla de las 5 horas".  Esto es, una hora al día, dentro de los cincos días promedio de trabajo, dedicarla a algo que no sea estrictamente parte del trabajo o, lo que se llama también, una distracción con propósito.

Ben Franklin, uno de las mentes más brillantes en la historia de Estados Unidos, es a quien este método se le atribuye. Franklin dedicó una hora del día, dentro de su importante itinerario, a aprender o a experimentar una cosa nueva o a escribir sus metas.

Este tipo de personas asumen que toda la vida es una escuela y, este estado de alerta e interés, rinde no sólo éxitos en el trabajo, sino también en la salud y en el funcionamiento del cerebro. Estudios muestran que en el cerebro adulto pueden seguir creciendo neuronas y formando nuevas sinapsis, pero que para ello, debe de estimularse haciendo cosas nuevas. 

Asimismo, darte espacio una hora al día para algo nuevo, es abrir la posibilidad de la sorpresa, de lo que se llama también el momento Eureka, o momento de inspiración y epifanía.

Lo importante, claro está, es en tener una curiosidad inicial, en mostrar interés ante la vida y el conocimiento. Sin esto, pues nada podrá lograrse bien. Pero cuando se da la oportunidad y buscas cosas con las que tienes afinidad, rápidamente descubrirás una cierta excitación por la vida y el conocimiento