¿Te ha pasado que tienes que hacer algo y, aunque tengas una fecha límite para ello, lo pospones una y otra vez? Esto es a lo que se llama procrastinar y es muy común, tanto en el trabajo y la escuela como en la vida personal, y se da principalmente con aquellas cosas que te resultan tediosas o complicadas.
Para que no vuelvas a dejar para mañana lo que puedes hacer hoy y empieces a aprovechar y administrar mejor tus tiempos, aquí hay cuatro pasos para evitar la procrastinación.
Para superar la procrastinación, lo primero que necesitas es saber qué la ocasiona. Es un paso muy importante porque cuando pospones algo, no sueles ser consciente de ello, simplemente dejas de hacerlo por cualquier cosa que te distrae y entretiene.
El reto es hacer consciente eso que te distrae, que puede ser revisar tu celular, navegar por internet, checar tus redes sociales, chatear, entretenerte con un videojuego, ver la televisión. Aprende a identificar los distractores para poder evitarlos.
Ya que es imposible cambiar un mal hábito de un día para otro, la solución no es que dejes de ver videos en YouTube o de ver qué hay de nuevo en instagram de un día para otro. Lo que necesitas es buscar otras alternativas y crear una nueva rutina.
Por ejemplo, si lo que te distrae es tu celular o el contenido de internet, lo que puedes hacer es dejar el teléfono lejos de ti mientras te enfocas en lo que debes hacer, o desactivar la conexión a internet en la computadora. Este paso puede ser el más difícil y el que requiere más paciencia, hasta que el cerebro se habitúe a lo nuevo.
Aunque no siempre sea positivo hacerlo, la realidad es que si procrastinas es porque encuentras algún placer al hacerlo, pues implica actividades que te divierten y entretienen. Por ello, es necesario compensar esos antojos cerebrales con otros positivos.
Establece recompensas que vayan de acuerdo con tus gustos y que correspondan al tamaño de los logros que tengas. Por ejemplo, si terminas tu tarea o trabajo a la hora que estableciste para ello, puedes comer tu golosina favorita.
Si lo que consigues es muy grande, puedes aumentar tu recompensa. Así tu cerebro aprenderá que le espera algo bueno cuando termine una tarea aburrida y se activará más rápidamente.
La autoconfianza es fundamental para lograr todo lo que te propongas, incluso si se trata de dejar de procrastinar. Recuerda que aunque tu cerebro esté muy acostumbrado a algo, siempre es posible hacerlo cambiar al estimularlo con nuevos desafíos. Una manera es tener un soporte o motivación, que puedes tener al retar a otras personas, por ejemplo, a ver quién termina primero el proyecto.
Con información de El País