Nuestra vida en esta Tierra comienza con una inhalación y termina con una exhalación. El patrón de respiración promedio es de 16 inhalaciones y exhalaciones por minuto. En momentos de calma, nuestra respiración se alarga. Cuando el sistema nervioso se altera, la respiración se agita. Así de básico como se lee, el efecto de la respiración y las señales que ésta nos brinda se pierden a veces de vista en medio del trajín cotidiano. El hábito suele darla por hecho, pero la respiración es el regalo más grande que se nos ha dado, porque respirar significa vivir.
En los Upanishads (textos sagrados de la India) y en el Siri Guru Granth Sahib (Gran compendio de sabiduría) del Sikh Dharma, se nos recuerda constantemente que “El prana es el gurú”; el prana, la energía vital que sostiene todo lo que existe, aquello que en las películas de Star Wars se nombra como La Fuerza, es el Maestro, el agente de cambio que nos lleva de la oscuridad a la luz. La forma inmediata de adquirir prana y expandir nuestra fuerza vital es a través de dos procesos innatos: respirar y comer. A lo largo de las siguientes semanas, dedicaré este espacio a diversos aspectos y beneficios de hacer conciencia de la respiración, y compartiré algunas prácticas o ejercicios que te permitan experimentar los beneficios de honrar el camino que conecta el cuerpo con el alma: la respiración.
Donde va la respiración, va la mente. Donde va la mente, va el cuerpo
La anatomía yóguica nos indica que contamos con 72 mil nadis o canales nerviosos sutiles por donde transcurre el prana. Los principales que involucran el proceso de la respiración son:
Si nos detenemos unos minutos a observar qué ocurre cuando inhalamos, por dónde entra más aire, qué pasa cuando lo retenemos, por dónde circula, qué ocurre cuando sale, podemos encontrar un oasis dentro de nosotros y contactar con nuestra alma, porque:
En la medida de la respiración se encuentra la longitud y altitud de nuestra vida
Mientras más larga y profunda sea nuestra respiración, más larga será nuestra vida. Al expandir la respiración, expandimos los pulmones, potenciamos nuestra vitalidad y abrimos el pecho, donde se ubica el chakra del corazón: la capacidad de dar, amar, servir y ser compasivos. Respirar profundamente nos permite abrir nuestro corazón para dar y recibir con gozo y conciencia.
Al contactar con tu energía vital y tu sutileza desde la respiración puedes elevarte y mantenerte arriba ante cualquier circunstancia de la vida cotidiana, por retadora que sea. Desde el balance de una respiración larga y profunda, puedes ver con claridad las posibles vías antes de tomar cualquier decisión.
La respiración de 1 minuto
Es un pranayama o ejercicio de respiración que te permite entrar en un estado de conciencia y alerta en cualquier momento del día. Consiste en:
Para practicarla:
Disfruta el proceso
Evita forzar tu respiración o acelerar el conteo. Si no puedes con los intervalos de 20 segundos, comienza tu práctica con 5, luego 8, 10, 15, hasta llegar a 20. De esta manera, podrías inhalar en 10, retener en 10 y exhalar en 10. Sé gentil con tu cuerpo y tu respiración, sin prisas.
Beneficios:
Te invito a probar, practicar y observar los cambios y beneficios que te brinda una acción tan sencilla y tan benéfica como este pranayama. La próxima vez que llegue un momento en que sientas que “vas a explotar”, que la sombra del miedo se asoma bajo la puerta, que requieras tomar una decisión o externar una palabra de aliento, recuerda: primero respira; inhala, llénate de energía vital, retén, vuélvete presente, exhala, libérate, observa los cambios, cambia. Todo lo que necesitas está dentro de ti; respira, contáctate, expande tu vida y con ella, vibra el palpitar del cosmos en cada inhalación y exhalación.
Sat Nam.