Desde hace unos años, el mundo vive una epidemia de soledad, la cual se ha acentuado desde que inició el aislamiento ocasionado por la pandemia, especialmente en aquellas personas que viven solas, ya que al no poder frecuentar a sus seres queridos, su soledad se vuelve más profunda.
Aunque pasar y disfrutar del tiempo a solas es necesario y benéfico, la sensación de soledad puede ser seriamente dañina para la salud física y mental, ya que está asociada con mayores riesgos de problemas cardiovasculares, depresión y mortalidad, entre otros.
¿Alguna vez te has sentido solo? De ser así, ¿te has puesto a pensar qué es lo que te hace sentir así? De acuerdo con los resultados de un estudio reciente, publicado en la revista BMC Public Health, lo que hace sentir solas a las personas varía conforme aumenta la edad.
En dicha investigación, científicos de los Países Bajos recopilaron datos sobre más de 26 mil adultos, incluidos adultos jóvenes (de 19 a 34 años), adultos de mediana edad temprana (de 35 a 49 años) y adultos de mediana edad tardía (50 a 65 años).
En general, el 44% de todos los participantes reconocieron que se enfrentan a la soledad, incluido el 40% de los adultos jóvenes, el 43% de los adultos de mediana edad temprana y el 48% de los adultos de mediana edad tardía.
Entre los factores que causan la sensación de soledad en todos los grupos de edad destacan los siguientes:
Para los adultos jóvenes, el factor más importante relacionado con la soledad era la frecuencia con la que estaban en contacto con sus amigos. Los adultos jóvenes con menos educación también tendían a sentirse más solos, lo que no era el caso en otros grupos de edad.
"La educación es más normativa para los adultos jóvenes, y es más probable que se espere que se esfuercen por alcanzar los objetivos educativos", explican los investigadores en el artículo sobre sus hallazgos.
Los adultos de mediana edad tendían a sentirse más solos cuando no tenían trabajo y, curiosamente, mientras más contacto tenían con los miembros de su familia cercana (sobre todo hijos menores y padres de edad avanzada), su sensación de soledad aumentaba.
Los investigadores sugieren que esto podría deberse a que esta etapa de la vida a menudo está marcada por las responsabilidades del cuidado de los niños y de parientes mayores, lo que puede hacer que las personas se alejen de sus amistades y actividades sociales por dedicarse de lleno al cuidado de niños, ancianos o enfermos.
Para los adultos de mediana edad tardía, la frecuencia del contacto familiar también se asoció con la soledad, al igual que lo saludables que se sentían. Curiosamente, cuanto más saludables estaban, más solos se sentían.
Los investigadores anotaron que esto podría deberse a que las personas en este rango de edad tienen más probabilidades de tener problemas de salud (lo cual suele atraer la atención de los familiares), por lo que no tenerlos podría hacer que se sientan excluidos, al no ser visitados o contactados con tanta frecuencia.
A pesar de que los diferentes grupos de edad tenían diferentes factores que contribuían a su soledad, una tendencia común en todos los niveles era sentir que no hacían las mismas cosas que otras personas de su grupo de edad.
"Cada periodo de la vida se caracteriza por comportamientos y objetivos específicos, como graduarse y dejar el hogar de los padres para los adultos jóvenes. El que una persona perciba la soledad o no, depende de la capacidad del individuo para realizar y/o cumplir con estos comportamientos normativos de edad y metas", escriben los investigadores; "Si un individuo percibe los eventos de la vida como no normativos para su edad, la soledad puede manifestarse".
Es por eso que un adulto joven que no ha ido a la universidad puede sentirse más solo que sus compañeros que sí, o un adulto mayor puede sentirse solo con su buena salud, puesto que aquellos que enferman son los que más reciben la compañía de los seres queridos.
Así, la forma en que se define la soledad depende mucho de la edad y de lo que se considera normal para el grupo de edad correspondiente. Por lo tanto, lidiar con la soledad se verá diferente según la etapa de la vida en la que cada persona se encuentre y también de acuerdo con su definición de pertenencia.
Si te sientes solo, es importante que prestes atención a los tipos de interacción social que te ayudarían a sentirte conectado con los demás, para que puedas concentrarte en hacer crecer esas áreas de tu vida.
Y si tienes padres, abuelos o familiares mayores, ayuda a evitar que se sientan solos al frecuentarlos y mantenerte al pendiente de ellos, sin esperar a que se enfermen o necesiten de tu atención.
Finalmente, sin importar la edad, es necesario crear lazos sólidos y aprender a equilibrar el tiempo a solas con la convivencia con amigos y familia.
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