La sabiduría y la inteligencia son cualidades muy valiosas; ambas pueden coexistir, pero tener una no garantiza que se tenga también la otra, y si bien pueden parecer rasgos similares, en realidad son bastante diferentes.

¿En qué se diferencia la sabiduría de la inteligencia y qué significan? La sabiduría se define como la cualidad de tener experiencia, conocimiento y buen juicio. Ser sabio es tener una profunda percepción y comprensión. La sabiduría se obtiene a partir de las lecciones de vida que aprendes a través de la experiencia y se almacenan en tus neuronas, aunque no las recuerdes conscientemente. 

Por otro lado, la inteligencia se define como la capacidad de adquirir y aplicar conocimientos y habilidades. Se refiere al intelecto y la aplicación de ese intelecto. La inteligencia se puede definir de varias maneras, incluida la inteligencia emocional, pero la definición tradicional refiere a usar la lógica para resolver problemas y tomar decisiones.

La sabiduría llega a través de la experiencia (quizás sin que te des cuenta) y te permite reconocer patrones y tomar decisiones basadas en la intuición, mientras que la inteligencia es a menudo algo inherente, aunque también es posible trabajar para mejorarla e incrementarla, pues consiste también en datos y conocimiento.

¿Es una más importante que la otra? Algunas personas pueden preferir la inteligencia a la sabiduría o viceversa, según sus valores, metas, ideales, etcétera. Pero la realidad es que ambas son igualmente importantes.

Sin embargo, a medida que se crece en sabiduría y experiencia, la intuición puede volverse mucho más poderosa que la lógica por sí sola. Lo ideal es cultivar ambas, para así poder abordar las situaciones de manera lógica (inteligencia), y también aprovechar la sabiduría o intuición para leer entre líneas o ver el panorama general.

Lo mejor es cuando la sabiduría y la inteligencia están alineadas, pero cuando la lógica te dice una cosa y la intuición te dice otra, tienes que aprender qué conduce a mejores resultados para ti.

Cómo discernir la sabiduría de la inteligencia

Fíjate de dónde viene. La lógica tiende a salir de tu cabeza y se basa en recopilar hechos y tomar una decisión con base en los hechos y antecedentes que tienes de esa situación. La sabiduría, por otro lado, generalmente se percibe como una profunda sensación de que tal opción o camino es lo mejor para ti (no lo mejor en general o para el mundo, sino para ti) y puede estar acompañada de sensaciones viscerales como la piel de gallina, el hueco en el estómago o el llanto.

Escribe sobre tus experiencias y analízalas. Una forma de mejorar la distinción entre ambas cualidades es llevar un diario sobre las experiencias o momentos en donde ambas han tenido influencia. Piensa y reflexiona sobre las ocasiones en que tu inteligencia pudo haberte servido mejor que tu sabiduría, y viceversa. Puedes encontrar que una es más fuerte que la otra o conduce a mejores resultados cuando le haces caso.

Pregúntale a los demás cómo toman decisiones. Cuando hables con alguien de tu confianza, puedes preguntarle directamente de dónde viene su razonamiento al tomar decisiones y en qué se basa. Según sus respuestas, puedes inferir si se trata de algo más lógico (inteligencia) o algo más amplio y relacionado con la propia experiencia (sabiduría).

Tanto la sabiduría como la inteligencia son cualidades importantes y necesarias a lo largo de la vida; ninguna es mejor que la otra, sino que pueden coexistir y complementarse para enfrentar mejor todo tipo de situaciones y tomar mejores decisiones. 

Mientras que la sabiduría se adquiere a lo largo de los años, a través de la experiencia, siempre se presentan oportunidades para ejercitar la inteligencia al adquirir nueva información y aprender nuevas habilidades. 

La clave está en aprender a perfeccionar ambas cualidades para que puedan trabajar en conjunto, y así seas capaz de abordar cualquier situación con lógica, pero también con una comprensión más profunda y ligada a lo que hay dentro de ti.

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