El perdón es algo de lo que se habla mucho y se suele decir que es algo necesario para poder vivir con tranquilidad y ser feliz; sin embargo, no siempre es fácil perdonar a quien te ha lastimado, pues hay situaciones que hacen surgir sentimientos de ira, tristeza, amargura y resentimiento. 

Por otro lado, también es necesario perdonarse a uno mismo por los errores cometidos o por haber hecho daño a alguien más, lo cual, tampoco suele ser una tarea fácil.

El primer paso para perdonar, ya sea a alguien más o a uno mismo, consiste en reconocer la imperfección humana, pues nadie está exento de cometer errores o de herir, incluso sin la intención de hacerlo.

Además, para perdonar es necesario poder abrirse al dolor que se recibió o se causó, para reconocerlo, aceptarlo y sanarlo a través de la compasión y la autocompasión.

Para comenzar a perdonar a quien te hizo daño o perdonarte a ti mismo por algún error, puedes seguir los cinco pasos del perdón:

Ábrete al dolor

Abrirse al dolor o estar presente con la angustia de lo sucedido requiere de valor, ya que enfrentarás de nuevo el recuerdo de las circunstancias que te hirieron o que te condujeron a lastimar a alguien.

Tómate unos minutos para considerar cómo lo ocurrido te afectó y cómo afectó a la o las otras personas involucradas. Permítete sentir el dolor si es que tú fuiste quien recibió el daño; y permítete sentir la culpa y el remordimiento si fuiste tú quien lo causó en alguien más. Acepta esas emociones para que después puedas liberarlas.

Practica la compasión y la autocompasión

Ser compasivo con quien te lastimó no significa actuar como si nada hubiese pasado, sino simplemente aceptar que esa persona comete errores como cualquier ser humano y reconocer que su actuar no está bajo tu control.

Por otro lado, lo más importante para tu proceso de perdón es la autocompasión; ser amable y comprensivo contigo mismo. Si sientes que actuaste mal, reconoce que es parte del ser humano cometer errores; la culpa es parte de la experiencia humana. No puedes cambiar el pasado, pero sí aprender de él para evitar cometer de nuevo esos errores.

Piensa con sabiduría

Trata de ver de la manera más objetiva posible lo que pasó e intenta comprender por qué la persona que te hirió actuó de la forma en que lo hizo. Si bien sale de tu control lo que haya pasado en su vida, este paso se trata de ver más allá del simple hecho, para tratar de comprender y, si es el caso, dejar de ver como meramente personal algo que quizás involucró muchos otros factores. 

Y en el caso del perdón hacia ti mismo, intenta comprender qué te llevó a cometer el error. Date un momento para considerar si algo de tu entorno te afectó. Por ejemplo, ¿estabas bajo mucho estrés? ¿O ciertos aspectos de tu personalidad se desencadenaron de una manera irracional: se presionaron viejos botones?

Tómate un momento para mirar más allá de ti mismo y de tu interpretación personal de esta situación. Tal vez te des cuenta de que no cometiste un error, sino que sólo intentabas vivir tu vida de la mejor manera que sabías.

Ten la intención de perdonar

Para poder perdonar, es necesario que desees hacerlo, de verdad y desde tu corazón. Aquí debes tener presente que perdonar no significa retomar la relación que tenías con quien te hizo daño si no deseas hacerlo o si no es sano para ti. De lo que se trata es de que dejes ir el rencor, de que seas capaz de dejar atrás esa situación y a la persona involucrada para continuar con tu camino en paz.

En el caso de que el perdón sea para ti mismo, di esta frase en tu mente: "Puedo comenzar a perdonarme a mí mismo por lo que hice, consciente o inconscientemente, que le causó dolor a esta persona". Así podrás continuar con el proceso de dejar atrás la culpa y el remordimiento, para poder apropiarte de la lección que ese hecho o ese error te dejan.

Compromiso y responsabilidad

El último paso del perdón es que, una vez que logras perdonar a quien te agredió, asumas el compromiso y la responsabilidad de cuidar mejor de ti en el futuro, de establecer límites saludables en todas tus relaciones, sean del tipo que sean, y de poner tu bienestar como prioridad, siempre.

Por otro lado, si el perdón es para ti mismo, comprométete a no volver a herir a nadie de la manera en que lo hiciste y a actuar lo mejor que puedas en cada circunstancia. Asume la responsabilidad de hacer lo que esté en tus manos para no volver a cometer los mismos errores. Recuerda que el genuino perdón a uno mismo es un precursor del cambio efectivo.

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