¿Cómo se siente el amor? ¿Todos sentirán lo mismo? Ese sentimiento llamado 'amor' es una respuesta química del cuerpo. La sensación resulta de la liberación de dopamina en el sistema de recompensa del cerebro; participan la oxitocina y la vasopresina, hormonas relacionadas con el vínculo de pareja. Entonces, técnicamente (y para quienes no lo creen): el amor existe.
En la primera mitad del siglo XX, entre las décadas de 1930 y 1950, los pintores Frida Kahlo y Diego Rivera fueron protagonistas de una historia de amor y dolor. Ésta se caracterizó por ser destructiva, ya que hubo infidelidades de ambos, traición e incluso un divorcio. Su relación atrajo la atención de la sociedad y se inmortalizó en obras como El abrazo del amor de El Universo, donde la artista expone ese sentimiento en una dualidad.
Vinicio Granados Soto, investigador del Departamento de Farmacobiología del Cinvestav, hace una reflexión sobre la relación que existe entre el dolor y el amor desde una perspectiva científica. De acuerdo con el investigador, el dolor es una experiencia sensorial y emocional desagradable asociada con daño real o potencial, mientras que el amor es un estado de nostalgia intensa por estar con una persona. Se sabe que las emociones afectan a la sensación del dolor, y el amor no es la excepción.
El amor puede aumentar o disminuir el dolor, según el estado emocional de cada persona. Estudios de imagen por resonancia magnética funcional (fMRI) realizados en individuos intensamente enamorados a los que se les mostraron fotos de sus parejas indican que el amor activa áreas relacionadas con la recompensa y la motivación: el área tegmental ventral y el núcleo caudado del cerebro.
La fase inicial del amor se caracteriza por una conducta obsesiva (parecida a la adicción a una droga) que resulta de la reducción de los niveles de serotonina y de la actividad de la corteza frontal. Esto explica por qué los enamorados en algunos casos muestran una falta de juicio o una conducta irracional, además del deseo desmedido de estar con el ser amado.
De manera interesante, se sabe que el amor y el dolor comparten la activación de algunas áreas cerebrales (sistema límbico, ínsula, amígdala, núcleo accumbens, área tegmental ventral y corteza anterior del cíngulo). Éstas participan de manera importante en el procesamiento de la información sensorial (dolor) y emocional, la recompensa y los procesos motivacionales.
"En neurociencias, la palabra amor se relaciona con el placer y a su vez el placer se vincula con el sexo, por lo tanto, el aforismo 'Esta noche no, porque tengo jaqueca', que se aplica tanto a hombres como mujeres, se refiere a la falta de motivación sexual por el dolor", explica Granados, también titular del Laboratorio de Neurobiologia del Dolor del Departamento de Farmacobiología.
Experimentos en ratones han mostrado que el dolor genital reduce la actividad y motivación sexual en las hembras. En contraste, en el ratón macho ello no se modifica por la presencia de dolor en su compañera. Estos datos apoyan estudios previos en humanos y apuntan a que el deseo y la excitación sexual de las mujeres están regulados por diversos factores como el estado de ánimo, la distracción, el temor al embarazo o el dolor.
Por otro lado, experimentos en animales indican que la cópula inhibe el dolor en ratas hembras, mientras que en la mujer la autoestimulación vaginal produce analgesia. "Llama la atención que la oxitocina (hormona del apego que genera el vínculo de pareja entre los enamorados) juegue un papel importante tanto en la analgesia inducida por el sexo o autoestimulación en ratas y mujeres respectivamente, así como en el orgasmo en mujeres". Vinicio Granados asegura que esto explicaría por qué el sexo genera apego y amor.