El primer amor de toda persona debería ser el amor propio, pues sólo sobre esa base es posible mantener relaciones saludables, y no sólo de pareja, sino en todos los ámbitos en los que el amor está presente: con los amigos, con la familia y claro, en las relaciones románticas.
El amor es un sentimiento universal y se considera uno de los motores más importantes para ser feliz. Muchas veces las personas lo buscan sin encontrarlo, y quizás la razón esté en que de entrada no tienen amor propio o éste no es lo suficientemente fuerte como para crear lazos y vínculos sanos y estables con los demás.
Cada vez es más común escuchar sobre “aprender a quererse”. Este tema es sumamente importante debido al aumento de trastornos psicológicos durante el aislamiento. En las complicadas circunstancias que se viven actualmente, puedes detectar un carrusel de emociones como estrés, ansiedad, depresión y tristeza, entre tantos otros.
Tal vez es momento de sacudirte toda esa negatividad y encontrar tu equilibrio interno para escuchar a tu cuerpo y sanar tu alma. Y esto lo lograrás al cultivar y fortalecer tu amor propio.
Es el sentimiento que te hace verte en el espejo y apreciarte a plenitud, al amarte, respetarte y aceptarte tal y como eres; es el bienestar integral que te ayuda a reconocer tus defectos sin juzgarlos y, en lugar de ello, hacerlos conscientes para trabajar en lo que haya que cambiar o mejorar y aceptar con amor aquello que no puedes modificar (como tu estatura o tu complexión).
El amor propio es aquel que te abre los ojos y te hace darte cuenta de que no vives para agradar a los demás; es lo que te permite reconocer tu unicidad, celebrarla y enorgullecerte de ella, de ser como eres y de todo eso que te hace único.
El primer paso para amarte consiste en dejar atrás los pensamientos negativos. No se trata de que estés siempre feliz ni de que caigas en la llamada positividad tóxica, donde a absolutamente todo se le debe encontrar el lado bueno y donde prácticamente está prohibido sentirse triste, enojado, frustrado y todo eso que se considera “negativo” aunque es parte de la naturaleza humana.
Ese “dejar atrás los pensamientos negativos” se refiere más a no enfrascarte en ellos, a no dejar que la tristeza o la desesperanza te hundan y, en cambio, aprender a reconocer esas emociones, darles su espacio, permitirte desahogarlas y dejar que fluyan para después analizar el mensaje o la lección que te trajeron.
Otro paso para fortalecer tu amor propio es dejar de preocuparte por cómo te percibe el mundo y dejar de buscar cumplir con requerimientos, mandatos sociales y expectativas, para centrarte en quien realmente eres y lo que verdaderamente deseas; busca lo que te hace feliz y enfócate en ello. Además, reconoce tus virtudes y enaltécelas; repite esta frase hasta que sientas que cobra sentido: “Creo en mí, me acepto plenamente”.
Otro punto elemental está en descubrir esos pequeños detalles que te hacen sonreír: un café matutino, el vapor de la regadera, el calorcito del sol. Encuentra la belleza de los pequeños detalles, especialmente los que tienes en tu entorno primario.
Sé consciente de tu respiración. No importa si es a través del yoga, la meditación o el baile, busca una actividad que te haga consciente de la importancia de respirar y que te dé energía para que tus niveles de dopamina se eleven. Poco a poco comenzarás a notar los cambios desde tu interior.
No te quedes en pijama. Esta rutina ha resultado cómoda durante muchos meses; sin embargo, no te permite avanzar si quieres elevar tu ánimo. Quedarte todo el día en pijama, o peor aún, varios días, te mantiene en el modo descanso y te resta energía y, por otro lado, hace que se te olvide lo que te gusta físicamente de ti.
Así que comienza tu día con la elección de tu atuendo. No importa si trabajas desde casa y prácticamente no sales, ponte esa ropa que te gusta; no la dejes para una ocasión especial, pues estar vivo es en sí una ocasión especial, sobre todo en estos tiempos en los que la pandemia ha venido a enseñarnos lo frágil y efímera que es la vida.
Disfruta y aprovecha hoy lo que tienes y lo que te gusta. Usa tu loción o perfume favorito, ponte esos zapatos que te elevan la autoestima hasta el cielo y arréglate como si fueras al evento más importante de tu vida, porque vas a un encuentro contigo.
Consiente tu cuerpo y en especial tu piel, sobre todo la de tu rostro, aunque nadie más te vea, porque quien te ve diario es la persona más importante para ti: tú. Así que cuida tu alimentación, mantente bien hidratado y no dejes de realizar tus rutinas de cuidado personal aunque pases la mayor parte del tiempo en casa. Consiéntete con un facial, un exfoliante, un baño relajante, o pon aceites esenciales en tu difusor para mejorar tu ánimo y tu energía.
Finalmente, parte del amor propio son también tus relaciones y las personas que te rodean. Si sientes que te has alejado de todos los que amas, es momento de retomar y cultivar tus amistades; sobre todo, concéntrate en aquellos que tienen los mismos valores que tú. No dejes que el confinamiento te aísle; aprovecha la tecnología y, con su ayuda, conserva y fortalece esas relaciones valiosas.
Con estos consejos lograrás la plenitud y con el paso de los días te darás cuenta de tus avances para fortalecer tu amor propio.
Con información de CRYOmx
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