Existen distintos tipos de adicciones: drogas, alcohol, tabaco, compras e incluso alimentos. Pero aunque cada una es distinta, los resultados de una nueva investigación sugieren que detrás de ellas hay un factor común, que consiste en una emoción que las desencadena.
Un equipo de investigadores de Harvard realizó cuatro estudios entrelazados para identificar la raíz del problema tras las adicciones, y todo apunta a la tristeza como la influencia más fuerte para fumar.
Para empezar, según una encuesta realizada a más de 10 mil personas, cuanto más tristes estaban los participantes, más probabilidades tenían de fumar e incluso recaer 1 década o más después de dejar de fumar.
En otro estudio, 425 fumadores miraron diferentes videoclips y escribieron sobre experiencias personales. Las personas que vieron un video triste tenían mayores deseos de fumar que aquellos a los que les tocó uno neutral o repulsivo.
El tercer estudio contó con 700 participantes que también vieron videos y escribieron sobre experiencias de la vida. Luego se les dio la opción hipotética de menos bocanadas de cigarrillos antes o más tarde. Los que vieron el video triste, como era de esperar, estaban más impacientes por fumar.
Por último, la cuarta encuesta incluyó videos tristes nuevamente, pero esta vez los participantes no habían fumado en 8 horas. Después de ver sus videos, el grupo que vio el que tenía contenido triste video fumó a través de un dispositivo que probó el volumen de bocanadas, así como la velocidad y la duración. Se descubrió que las personas expuestas a las imágenes tristes fumaron más agresivamente, con bocanadas más profundas.
El investigador principal del equipo, Charles A. Dorison, señala que estos hallazgos ofrecen una nueva perspectiva sobre la causa del comportamiento adictivo.
La sabiduría convencional en el campo era que cualquier tipo de sentimiento negativo (ira, asco, estrés, tristeza, miedo o vergüenza) haría que las personas fueran más propensas a usar una droga adictiva. Nuestro trabajo sugiere que la realidad es mucho más matizada que la idea de "sentirse mal, igual a fumar más". Específicamente, encontramos que la tristeza parece ser un desencadenante especialmente potente del uso de sustancias adictivas.
La doctora Jennifer Lerner, coautora principal de la investigación, dice que los hallazgos podrían tener efectos positivos en las políticas de salud pública en torno a la adicción, como reformular los anuncios de abuso de sustancias para evitar desencadenar la tristeza.
En cuanto a cómo evitar la tristeza, atraer la felicidad parece ser el antídoto lógico; sin embargo, en esta época en la que ser feliz se ha convertido prácticamente en una obligación, y si no eres feliz estás mal, centrarse en lograr la felicidad puede tener el efecto contrario y convertirse en una fuente de estrés y frustración.
En lugar de pensar en la falta de felicidad, que en realidad sólo resalta la tristeza, sería mejor concentrarte en tu integridad y que aceptes quién eres, lo que tienes y dónde estás. Deja que la vida fluya y fluye junto con ella.
No te enfoques en tus carencias, mejor agradece por lo que tienes, por los obstáculos que has superado. Y en vez de criticar y juzgar tus defectos y errores, aprende de ellos, acepta lo que no puedes cambiar y trabaja en lo que sí, para crear una mejor versión de ti.
La meditación y la atención plena también pueden ser grandes herramientas para superar la tristeza y el comportamiento adictivo. Y si tú o alguien en tu vida actualmente lucha contra la adicción, debes saber que la recuperación es posible, tanto con la ayuda de las personas alrededor como con el apoyo de un profesional que recomiende una terapia adecuada para cada caso.
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